+ Un gobierno eficaz, no sólo depende de promesas
Es una recomendación recurrente entre las personas, la de evitar pelearse con el dinero. Esto también debía operar para gobiernos como el de Oaxaca, que hoy pareciera que tiene innecesaria e imprudentemente desgastada con el gobierno federal, que es quien suministra los recursos públicos que se ejercen en la entidad. Por su importancia, quienes gobiernan debían de tomar este asunto con toda la seriedad que amerita el caso.
¿Por qué señalar que la relación entre el gobierno de Oaxaca y el federal presenta claros y prematuros signos de agotamiento? Porque en los escasos cuatro meses de gobierno, ha sido prácticamente nula la presencia determinante tanto del ámbito de gobierno, como del apoyo político de uno de los partidos gracias a los cuales el ahora gobernador Gabino Cué Monteagudo llegó a dicho cargo.
En efecto, nos referimos al gobierno federal, quien no sólo desde diciembre pasado, sino desde el arranque de su administración (en diciembre de 2006), y hasta hoy, ha desdeñado sistemáticamente las necesidades y la atención que, involucrando o no a los partidismos, requiere urgentemente Oaxaca.
En el pasado podía entenderse la frialdad de la relación. Desde que el ahora presidente Felipe Calderón Hinojosa se convirtió en candidato presidencial del PAN, éste repudió públicamente el conflicto magisterial que entonces ocurría en Oaxaca, y particularmente evidenció su aversión al entonces gobernador de la entidad, Ulises Ruiz Ortiz. Durante el tiempo que se empataron sus respectivas gestiones, el presidente Calderón vino a territorio oaxaqueño sólo a lo indispensable, y nunca procuró la atención prioritaria que demagógicamente decía que era urgente para la entidad.
Esa aversión, a la larga, fue uno de los factores que llevó al presidente Calderón a ordenar a la cúpula más alta de su partido, Acción Nacional, para explorar la conformación de una gran alianza opositora en Oaxaca. Su objetivo, en el fondo, no era llevar a un personaje a la gubernatura, sino más bien, arrancar el gobierno de las manos de los priistas, a quienes tanta repugnancia ha demostrado tener.
Así fue como tácitamente, el presidente Calderón respaldó la causa del entonces aspirante opositor a la gubernatura de esta entidad, Cué Monteagudo. A lo largo de su campaña, el panismo proveyó de todo lo que fuese necesario para echar a andar la maquinaria electoral que pudiera ser frente a las estructuras priistas.
Aunque nunca se pudo probar, siempre existió el señalamiento de que en los días previos a la jornada electoral, connotados panistas arribaron a la entidad para refaccionar con abundante dinero a quienes harían el trabajo territorial de hacer funcionar el esquema de control de votos que habían delineado.
Por eso, en alguna medida este gobierno actual en Oaxaca también es panista. El problema es que, hasta ahora, es prácticamente nada provechoso lo que se ha visto de esa relación. Y aquí parecen estarse combinando tanto la cerrazón y el sectarismo que ha caracterizado a esta administración del gobierno federal, con la torpeza de algunos de los operadores políticos de primer nivel de la administración estatal, para tender puentes efectivos que redunden no sólo en beneficios políticos para ellos, sino para Oaxaca.
RELACIÓN DESGASTADA
Desde que iniciaron las campañas proselitistas, se convirtió hasta en un lugar común la pregunta sobre por qué partido o fuerza se inclinaría Gabino Cué de llegar a la gubernatura del Estado. Se decía, con razón, que el ser postulado por partidos y grupos tan distantes como lo eran, respectivamente, Acción Nacional y las “fuerzas de izquierda” (PRD, Partido del Trabajo y Convergencia), así como los lopezobradoristas, ebrardistas y calderonistas, tarde o temprano lo llevarían a quedar mal con alguno… y a tener problemas con todos por elegir a uno en particular.
El asunto se veía desde una simple lógica electoral. Apoyar, por ejemplo, al panismo lo llevaría a enfrentarse con todas las fuerzas de izquierda. Por el contrario, hacer eso con López Obrador al menos lo distanciaría del gobierno federal y del PAN. Y así, sucesivamente. El caso es que, en todo esto, mantener una postura relativamente neutral, no es, ni ha sido, ni será, una opción válida para un gobierno de coalición como el del gobernador Cué. Y ese desgaste, se pensaba, llegaría por ahí del año 2012, cuando se dieran las definiciones políticas.
El problema es que todas las contrariedades parecen harto adelantadas. Esto es particularmente visible respecto al gobierno federal. Aunque el presidente Calderón ya vino en una ocasión, su visita no se tradujo en ningún anuncio o beneficio trascendental para Oaxaca; y, al contrario, fue ocasión para que los operadores políticos del gobierno estatal cometieran una de sus más costosas torpezas al generar conflicto con la Sección 22 del SNTE.
Algo similar ocurre con la entrega de los recursos económicos establecidos para la entidad en el Presupuesto de Egresos de la Federación del presente año. Si algo ha caracterizado a esta administración es su lentitud en el suministro de recursos hasta para sus funciones más básicas. Esto, independientemente de sus causas internas, refleja un posible mal entendimiento con las instancias hacendarias de la Federación, que podrían estar reteniendo recursos en aras de no permitir un mayor despliegue en la labor de gobierno en Oaxaca.
Incluso, lo establecido ayer en esta columna, refleja que Oaxaca es una más de las entidades que debe recurrir al endeudamiento para recibir recursos que, con una fluida relación con el gobierno federal, podría obtener de manera directa para invertirlo en el reacondicionamiento de toda la infraestructura que fue afectada por los fenómenos naturales ocurridos el año pasado.
Al no haber esa posibilidad de entendimiento, pareciera que el gobierno federal ya trata al de Oaxaca como uno más de los gobiernos de oposición a los que sólo los provee de lo indispensable, pero no atiende verdaderamente sus necesidades de fondo. Y eso, desde cualquier óptica, parece un adelanto de los peores escenarios que se vislumbraban para Oaxaca.
CONTRA LA TENENCIA
En esta semana veremos la conformación de un frente ciudadano que busca generar los posicionamientos que están desaprovechando los partidos. Su primer objetivo será el de ir en contra del pago de la tenencia vehicular, que aquí es obligatorio, pero que ya está derogado en otras entidades federativas. Abundaremos.
[…] Gabino Cué: Interlocución con la Federación, ¿rota? (via ) Posted on May 2, 2011 by fuadoac + Un gobierno eficaz, no sólo depende de promesas Es una recomendación recurrente entre las personas, la de evitar pelearse con el dinero. Esto también debía operar para gobiernos como el de Oaxaca, que hoy pareciera que tiene innecesaria e imprudentemente desgastada con el gobierno federal, que es quien suministra los recursos públicos que se ejercen en la entidad. Por su importancia, quienes gobiernan debían de tomar este asunto con toda la ser … Read More […]