+ El verdadero poder magisterial está en Asamblea, no en comité seccional
Es conmovedora la ingenuidad que demuestra el gobierno federal, primero al creer que el secretario General de la Sección 22 del SNTE, Rubén Núñez Ginez es el verdadero dirigente magisterial en Oaxaca; y segundo, al anunciar en todos los medios posibles que pronto podría emprender acciones judiciales en su contra y, dicen, hasta ponerlo tras las rejas. Lejos de infundir temor entre el magisterio, el bulo lanzado por el gobierno federal sólo demuestra que siguen ignorando la dinámica magisterial y, sobre todo, a quién se enfrentan.
En efecto, en los últimos días hemos visto cómo el gobierno federal ha desplegado información en al menos tres vertientes: en la primera “filtraron” el salario que percibe Núñez Ginez, y varios integrantes más del Comité Ejecutivo Seccional; en la segunda, alimentaron el señalamiento hecho por la organización Mexicanos Primero, que el martes anunció que había presentado una denuncia penal en contra del Líder de la Sección 22; y en una tercera vertiente han tratado de alimentar la versión de que realmente Núñez es el dirigente de la 22, y no el títere que en realidad es.
Todavía ayer, en la edición de varios diarios de la capital del país, se reiteraba la versión de que el gobierno federal “pronto tomaría acciones” legales en contra de Núñez y la CNTE. Lo que más llamaba la atención era una nota de El Universal, en la que ya dibujaban la supuesta personalidad de líder de Núñez, que apenas si alcanza a ser uno de sus voceros visibles.
“El maestro [Núñez Ginez] de frases cortas y actitud nerviosa, lidera desde hace casi tres años el músculo que da fortaleza a la CNTE en el país, y que tan sólo en el estado puede movilizar a cerca de 70 mil maestros, parar 10 mil escuelas y dejar sin clases aproximadamente a un millón 300 mil niños. En Núñez reconocen a un líder que le ha costado mucho aprender cómo administrar y dirigir una sección tan importante. Le achacan que problemas personales y su forma de beber no le permiten atender la alta responsabilidad que tiene”, se lee en una nota publicada ayer (http://eluni.mx/1HclkVZ).
¿Es realmente Núñez Ginez un líder en tantos problemas como para estar perdiendo el control de la Sección 22? ¿Es verdaderamente Rubén Núñez Ginez un auténtico líder magisterial? ¿No es que en realidad a lo que se reduce su posición, y en buena medida la de todo el Comité Ejecutivo Seccional, es a sólo ser representantes formales del magisterio oaxaqueño, y voceros autorizados de sus posicionamientos?
No hace falta más que voltear a ver a todos los demás líderes magisteriales para comprobar lo equivocado que está el gobierno federal al tratar de construirle a Núñez una imagen de líder en problemas, y al tratar de engañar a la opinión pública –y sobre todo a ellos mismos—que emprendiendo posibles acciones judiciales en su contra van a lograr sacar de balance a la Sección 22, a la CNTE o cuando menos al Comité Seccional.
UN DIRIGENTE DE PAPEL
La Sección 22 del SNTE siempre ha dicho que en su movimiento no hay líderes porque sus decisiones son horizontales, y en esa afirmación hay un amplio margen de veracidad. Es cierto que en ese movimiento las decisiones no las toma una sola persona y que los liderazgos formales son muy relativos. En lo que sí mienten es en lo relativo a que en su movimiento las decisiones son colectivas, de Asamblea, y democráticas. De eso debería tomar nota el gobierno federal.
¿De qué hablamos? De que la 22 no miente cuando afirma que su Comité Seccional decide el rumbo del movimiento. En realidad, lo que no engloba es a los verdaderos liderazgos del movimiento magisterial, que desde hace años se encuentran tras bambalinas. Asimismo, la 22 tampoco miente cuando asegura que sus decisiones son horizontales: sí lo son, aunque no en la idea que pretende generar, de que todas sus decisiones pasan por el consenso de todas las bases. Pasan, en realidad, por el consenso de algunos grupos, que son los que influyen y marcan el de la Asamblea Estatal, que sí es su máximo órgano de decisión, pero en el que no todos (de hecho es una estrecha minoría) los representantes votan con conciencia y al margen de lo que dictan los líderes.
En esta situación, es evidente que los liderazgos formales de la Sección 22 son más relativos y aparentes de lo que a simple vista parecen. Por ejemplo, el dirigente inmediato anterior, Azael Santiago Chepi, tuvo exactamente el mismo cargo y el mismo poder y representación formal que Núñez Ginez en la actualidad, y sin embargo no es, nunca pudo ser, ni será, un verdadero líder magisterial. Tan es así que en dos ocasiones consecutivas ha intentado ser diputado —primero local y luego federal— pero sin el respaldo o el trabajo de movilización de la Sección 22 del SNTE.
El dirigente previo, el interino Ezequiel Rosales Carreño, ahora es dirigente de una organización de lucha social, que tampoco tiene relación ni ascendencia con la Sección 22. Incluso, cuando se dijo que Enrique Rueda Pacheco había traicionado al movimiento magisterial luego del conflicto popular de 2006, la 22 de todos modos no perdió el rumbo de sus intereses y negociaciones, a pesar de que Rueda dejó el movimiento de una manera abrupta. ¿Qué podemos entender de todo esto? Que los verdaderos líderes magisteriales no están en el Comité Ejecutivo Seccional y tampoco son visibles, más que para algunos sectores que no son los que negocian en la Secretaría de Gobernación.
Por eso mismo, si el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto tiene planes de ir contra Rubén Núñez Ginez, no ganará mucho. Podrán encarcelarlo, y hasta refundirlo, y de todos modos no habrá forma de que cambien el rumbo o descabecen el movimiento magisterial, a menos que se dediquen de verdad a ir tras esos liderazgos oscuros que no dan la cara pero que influyen de manera determinante en el rumbo y la radicalidad de la Sección 22 del SNTE.
SIN CALIDAD MORAL
Es hasta socarrona la forma en cómo el IEEPO le echa la culpa al Congreso de que el plantón magisterial permanezca en el primer cuadro de la capital oaxaqueña. Debería darles vergüenza, porque si sobre el Congreso pesa el señalamiento por la no emisión de la ley educativa, sobre el IEEPO pesa la responsabilidad de ser un ente avasallado y al servicio de la Sección 22, que lejos de lamentar la posición de debilidad en que se encuentra, casi le da las gracias al magisterio por tenerlos sometidos.
@ortizromeroc