Carlos R. Aguilar Jiménez.
Finalizó el llamado “Maratón Guadalupe Reyes” que consiste en todas las celebraciones, posadas y ceremonias relacionados con el nacimiento de Jesús: Navidad y finalmente su adoración por reyes orientales, eufemísticamente llamados magos, quienes de Asia guiados por la estrella de Belén trajeron ofrendas al niño Dios. Terminó también un año y comenzó otra órbita alrededor del Sol concluyendo un ciclo que, si no tiene relación astronómica lo cierto es que así medimos el tiempo y cada 1 de enero comienza un Año Nuevo, que en función de festejos finaliza hasta el día de Reyes, cuando papá y mamá, organizaciones altruistas y hasta el gobierno regalan a los niños juguetes, y de fiesta disfrutamos una Rosca con un muñeco adentro que promete tamales.
Concluido el “Maratón Guadalupe- Reyes” comenzó el pasado lunes oficialmente el año 2019 y lo iniciamos en Oaxaca con dos presidentes nuevos que ilusionan a la población, a nivel federal AMLO desde diciembre, y en el municipio de Oaxaca de Juárez, OGJ, quienes como presidentes han ofrecido mejorar la calidad de vida de la gente y, si logran cumplir sus promesas será asombroso porque generalmente esto no ocurría en la inercia política de más de lo mismo del régimen priista, y que por lo que hemos presenciado esta inercia finalmente está cambiando para bien al haberse aplicado la ley, evitando en principio que el grotesco y putrefacto tianguis que se instalaba en el Llano regresará al lugar, mostrando el presidente municipal Oswaldo García J un magnífico ejemplo de autoridad, orden y respeto a las ordenanzas municipales y a los ciudadanos, quienes hartos de las practicas políticas que llevan a la extinción al PRI, optaron por Morena esperanzados en una transformación política o metamorfosis social, que en Oaxaca finalmente está sucediendo.
No se instaló el Tianguis en el Paseo Juárez y con esta acción de gobierno tenemos un buen ejemplo de lo que podría seguir en el Ayuntamiento de Oaxaca de Juárez, principalmente en el Centro Histórico que debiera ser espacio de esparcimiento, cultura, tranquilidad y orden, y que, lejos de ser es zona infestada de vendedores ambulantes y semifijos que consiguieron sus permisos por corrupción y que en esta administración deberían ser revisados, analizados por urbanistas, arquitectos, abogados o jueces para determinar su ilegalidad, insisto, desde los cantineros dueños de los edificios que rodean al zócalo que se apropiaron de los portales y la banqueta, hasta el que vende grasientas papas frente al edificio central de la UABJO, los que apropian del jardín del Carmen de Arriba, las calles de Las Casas o Parque del Amor, revelándose seguramente sus permisos fueron obtenidos por corrupción y, mediante la orden de un juez, como se hizo con el Llano, exterminar el cáncer que arruina la belleza de Oaxaca como Patrimonio Cultural y parece más grotesco mercado pueblerino debido a la corrupción extrema entre líderes, políticos de viejas mañas y compradores que lo fomentan. Como sea, porque no me quejo, únicamente lo describo: Feliz Año Nuevo a todos.