Carlos R. Aguilar Jiménez.
Si para mal, médicos, estudiosos, bioquímicos y científicos en general no han inventado aún la vacuna que inmunice del Covid-19, lo cierto es que pronto lo harán y el equipo de investigadores o institución que lo consiga obtendrá el Premio Nobel de Medicina por su invención y posterior vacunación masiva de la humanidad, que permitirá salvar cientos de miles de vidas y posibilitará podamos volver a la normalidad, la convivencia a la que estábamos acostumbrados y desde marzo nos tiene aislados, encerrados, para evitar contagios e infecciones no obstante haya inconscientes y necios que hartos de estar encerrados quisieran ya volver a la normalidad, salir a la calle, reunirse con amigos o viajar, sin entender que el aislamiento y separación apenas principia y la normalidad aún dilatará mucho tiempo para regresar y lo hará, si pero modificada. Será una normalidad retocada.
La Peste negra o bubónica que aniquiló casi el 70 por ciento de los habitantes de Europa y Medio Oriente, duró ocho años, desde 1346 hasta 1534, posibilitando después El Renacimiento, esa época dada a un amplio movimiento cultural, artístico y de filosofía natural o ciencia que se generó después de la Peste, del 1300 a 1600, siendo el período de transición de la Edad Media a la Edad Moderna. La época de Leonardo, Miguel Ángel, Rafael, Donatello, Botticelli, Copérnico, Piero Della Francesca, Occam, Gutenberg, Buridán y Toscanelli, entre otros. Siendo también en ese período, en lo que sería la Nueva España que durante cinco años o más, millones de indígenas murieran infectados y, más recientemente, la Gripe Española que mató a casi 50 millones de personas, dilató dos años en desaparecer, extinguiéndose todas estas epidemias de manera natural al sobrevivir únicamente los organismos más resistentes, desquiciando totalmente las economías y formas de convivencia de esos tiempos, como sucedió respecto de la Peste Negra que al exterminar a cientos de miles de personas, los ricos se hicieron más ricos al heredar fortunas y propiedades de familiares muertos y, los pobres con alguna habilidad o pericia tuvieron la oportunidad de negociar mejores condiciones salariales y de trabajo o empleo, ante la carencia de mano de obra calificada y también de fuerza bruta. Hoy sabemos que es cuestión de tiempo para que se invente la vacuna, pero mientras, el aislamiento y separación no será hasta junio, sino necesariamente todo el año y principios del próximo, porque estadística o probabilísticamente (por no decir matemáticamente) sin vacuna o antídoto bastará con un enfermo para infectar a varios, así que la normalidad, reglas, rutinas y costumbres deberán modificarse, ser diferentes, adaptándonos a nuevas condiciones de convivencia derivadas del miedo de contagios, enfermedad y muerte, en una nueva dinámica social y cultural en que al margen del hundimiento de la economía nacional, perdida de miles de empleos y más pobreza, quizás también se inicie un Nuevo Renacimiento Mundial, una Nueva Era.