Carlos Villalobos
¿Cuántas veces no hemos escuchado que la tecnología va a ser utilizada para “escuchar y tomar mejores decisiones de gobierno”? Al menos yo muchas veces y como estudiante de administración pública en innumerables ocasiones. Sin embargo, para que pueda existir gobierno electrónico, primero necesitamos gobiernos dispuestos a hacer su trabajo.
Con el avance de las tecnologías de la información y el acceso más plural a internet, hoy en día se ha transformado a la red de redes en una herramienta extremadamente poderosa.
Hoy, ciudadanas y ciudadanos de todo el mundo tienen acceso a servicios de todo tipo con tan solo un par de clicks o toques en sus dispositivos inteligentes, lo cual abre la pregunta ¿Será posible que en México estemos listos para gobiernos que sean electrónicos?
Antes que nada, definamos primero el significado de esta forma de gestión, la cual se puede entender de acuerdo con la Organización de Estados Americanos como “la aplicación de tecnologías de la información y la comunicación al funcionamiento del sector público, con el objetivo de brindar mejores servicios al ciudadano e incrementar la eficiencia, la transparencia y la participación ciudadana”. ¿Sorprendente definición no?
En México se ha malinterpretado el gobierno electrónico como la publicación de actividades en redes sociales o la compra de un dominio web institucional como gobierno electrónico, cuando en realidad contar con estas herramientas sin una estrategia clara y contar con un pregón del pueblo, que grite las actividades por las calles del municipio como en el siglo XV, vendría siendo prácticamente lo mismo.
Aunque se han empezado a adoptar algunos trámites y pagos electrónicos que permiten a las y los ciudadanos llevar a cabo desde cualquier punto en donde cuenten con conexión a internet, estos en realidad en ocasiones solo se han vuelto “avances para la anécdota” porque en realidad muchos de esos procedimientos terminan por resolverse de forma presencial obligando a las y lo ciudadanos a tener que acudir a oficinas, provocando que al final el esfuerzo y las vueltas sean más.
Justo en la coyuntura pandémica en la que nos encontramos, que el gobierno tome un enfoque electrónico en su toma de decisiones cobra mayor relevancia, sin embargo, estos cambios no se llevan a cabo por la falta de disposición de los órganos gubernamentales a reordenar y aplicar nuevas ingenierías en sus procesos administrativos, lo cual requiere disposición y que además de evitar molestas a las y los ciudadanos, les otorgaría credibilidad a las autoridades dispuestas a mejorar.
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