¡Qué perro susto!

Mariano Estrada Martínez Pedaleaba por anónima calle de la Colonia Antiguo Aeropuerto paseando con mi vieja Benotto, sin nada, nadita  de prisa, tranquilo, en paz;  o como dicen los filósofos alemanes: andaba yo baboseando. En esos menesteres taciturnos y de inmensa armonía recorría una de las calles  de esta maltrecha ciudad oaxaqueña, cuando una atractiva desconocida de buen…

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