Ismael Ortiz Romero Cuevas
Hace catorce años si la memoria no me falla, recuerdo que veía un especial por televisión de la soprano británica Sarah Brightman. En ese programa donde presentaba su álbum “Harem”, la entrevistadora de la BBC, le preguntó a qué artistas jóvenes admiraba y Brightman sin dudarlo demasiado contestó: “Me llama la atención el trabajo de India. Arie, Josh Groban y Michael Bublé”. En ese momento tomé nota de las recomendaciones que la legendaria soprano daba y me dediqué a buscar los álbumes de los cantantes a quienes mencionó. Así llegué a Michael Bublé. En ese entonces, aún en la época de gran popularidad de los discos compactos, conseguí el primer material homónimo de Bublé prácticamente sin conocer qué género cantaba o si me gustaría o no, en esos años, YouTube aún no existía y además, Michael todavía no era tan popular en nuestro país. Así, en una visita de reportero a la ciudad de México donde cubría yo otro evento, me di tiempo para visitar una plaza comercial que estaba cerca del hotel donde me hospedaba y ahí, en el MixUp encontré el disco del canadiense, recordando las palabras que Sarah Brightman había dicho en ese especial; por cierto, también en esa misma visita a la tienda, encontré uno de los discos de Josh Groban.
Fue hasta que regresé a casa que pude escuchar el material de Michael Bublé. Un disco que debo confesar, me cautivó por completo y me encantó de principio a fin. Desde entonces, me volví uno más de sus seguidores. En un principio no podía creer que un joven se dedicara a cantar swing, música que había perpetuado Frank Sinatra y que nadie, hasta Robbie Williams con su disco de 2001, “Swing When You’re Winning” se arriesgaba a apostar por el género que en ese entonces se creía pasado de moda o demasiado solemne. Así, en 2003, llegó y conocí el álbum debut del canadiense con temas clásicos como “Fever”, “Moondance, “For Once In My Life”, “Sway” o una versión estupenda de “Crazy Little Thing Called Love” de Freddie Mercury. Con eso, me había ganado como fanático.
La historia de superación del cantante de origen canadiense se remonta a sus años de infancia. Él mismo comenta que su más grande influencia para amar el swing como género fue Bing Crosby y su álbum navideño. Más tarde, también se interesó por el jazz y el blues, pero fue hasta los trece años de edad que su familia descubrió su talento para el canto, pues en una navidad, Michael se atrevió a interpretarles el tema “White Christmas” justamente en la versión de Crosby. Así supieron de su talento, pero en su familia, donde el oficio era ser pescador, nunca había habido un artista. Su adolescencia y parte de su juventud, la pasó en el bote pesquero de su padre, consiguiendo salmón para vender como su forma de vida. Para cuando Michael tenía 16 años, su abuelo materno, un plomero italiano, conseguía trabajo en empresas y hoteles a cambio de tiempo para que le permitieran a su nieto cantar en sus escenarios. Fue su abuelo quien además le pagaba las clases de canto y música. Así, un día en uno de los hoteles en donde su abuelo había prestado sus servicios y le había conseguido espacio en el escenario, llegó nada menos que David Foster, productor canadiense de artistas como John Lennon, Whitney Houston, Mariah Carey, Celine Dion, Barbra Straisand, Julio Iglesias o Luis Miguel y vio el potencial del chico y decidió presentarlo a varios sellos discográficos. La tarea fue de años de convencimiento y espera, hasta que en 2002, el sello Reprise Records lo contrató y le grabó su primer álbum.
La carrera de Michael Buble ha sido una de las más exitosas de la industria y ha vendido en el mundo más de 80 millones de discos con siete álbumes de estudio grabados; posicionando en el gusto de una nueva generación el swing, blues y jazz, convirtiéndolo en el cantante de ese género más exitoso sólo después de Frank Sinatra. Sin embargo, una noticia devastadora alarmó al cantante a finales de 2016, su hijo Noah, de tan solo tres años padecía cáncer. En su momento no se dieron más detalles, sin embargo, él y su esposa, la modelo y actriz argentina Luisana Lopilato, ponían una pausa a sus carreras para atender la situación. En un comunicado, Michael agradecía a sus fans y a la prensa, permitieran ese momento de privacidad en sus vidas. Sin embargo, unos meses más tarde un portal argentino daba la noticia, afirmando que el hijo de Bublé padecía de cáncer de hígado, pero además, informaban también que una de las hermanas de Luisana, había pedido respeto a la privacidad de la familia asegurando que su hermana (Luisana) no la estaba pasando bien, ya que se encontraba en Buenos Aires recuperándose de un padecimiento psicótico, pues había intentado quitarse la vida. La oficina de Bublé no confirmó pero tampoco desmintió la noticia.
“Quiero una
vida normal”
Hace unos días, nos sorprendimos muchos, pues se anunciaba que Michael estaba de vuelta con un nuevo material discográfico que se titularía “Love” y apareció el video del primer single titulado “Love You Anymore”, para la prensa y fanáticos, fue un momento de alivio pues se sabía entonces que el pequeño Noah, había superado con éxito el tratamiento. Pero no contábamos con una declaración que el sábado cimbró a la industria: Michael anuncia su retiro definitivo de la música y menciona que “Love”, será su último álbum. Las razones fueron simples pero de intrínseca importancia, Bublé afirmó que la enfermedad de su hijo que se superó, le dio una perspectiva diferente de la vida, y que también, apreciaba ahora los momentos de familia y que se avergonzaba de su ego o de ocuparse de cosas sin importancia, queriendo ya privacidad e intimidad; dijo también, ya no tener humor para la vida pública. “Llegó un momento en que me quise morir. Hoy, ya no tengo estómago para la fama ni para el narcisismo de las celebridades; quiero una vida sencilla. Quiero una vida normal”, dijo.
Las razones de Michael para su retiro todos las entendemos y quizá, veíamos venir. Pero esto, no deja de ser una noticia triste, pues re direccionar su vida con justísima razón, nos hará perder a uno de los más grandes talentos de la música. Siempre hará falta un cantante con un gran oficio y carisma como el de Bublé. Sin duda, se le va a extrañar.