Carlos R. Aguilar Jiménez.
Hacerse rico o adinerado, incluso multimillonario es relativamente fácil; porque no se requiere esforzar en el trabajo, en el estudio, tampoco conseguir reconocimientos y logros intelectuales o académicos, sino que lo que se requiere es convertirse en político y así, fácilmente ingresar a la ridícula y opulenta aristocracia mexicana de políticos ignorantes, arrogantes y nacos, porque si bien pueden conseguir todo el dinero posible, el estilo, la clase y condición de linaje o estirpe, únicamente se tiene estudiando o naciendo. Con dinero no se compra el pedigrí.
En un reportaje publicado en 1978 por el New York Times, su corresponsal Alan Riding escribió: “Aunque algunas personas han sido vastamente exitosas a través de la iniciativa privada, el camino más rápido a la riqueza ha sido la política. Algunos de los generales victoriosos de la Revolución Mexicana fundaron imperios empresariales en los años 20 que aun existen, pero la mayor parte de las fortunas políticas se hicieron desde el gobierno de Miguel Alemán Valdés quien heredó una de las fortunas más grandes que existen en México” Y de ahí hasta hoy, porque todos conocemos a políticos del siglo pasado y actuales que sin ser gente educada o instruida, empresarios, comerciantes, intelectuales o lo que sea requiera para vivir de estudios o trabajo, al convertirse en líderes, dirigentes, cabecillas y luego: diputados, senadores, regidores, presidentes municipales, gobernadores y presidentes, en el transcurso de apenas unos años, de ser pobres o clase media, se convierten en millonarios, en gente rica propietaria de terrenos, casas, fraccionamientos, flotillas y abultadas cuentas bancarias, así que si usted quiere hacerse rico rápidamente o pretende que sus hijos lo sean, no es necesario estudien una licenciatura, trabajen intensamente o dediquen a negocios honestos, sino que se consagren lo antes posible a mentir, engañar, prometer, dar largas, fingir y hacer lo que caracteriza a políticos, aunque existe también otro procedimiento, que consiste el liderar a grupos de inconformes, resentidos sociales, gente enojada que odia hasta la navidad, para llevarla a hacer plantones, secuestrar casetas de cobro de autopistas, decirse líder de indígenas triques, zapotecas, mayas o aztecas para obtener dinero mediante el chantaje, intimidación o amenazas, como bien enseñan los alumnos de las escuelas normales, entrenados para el chantaje y violencia, robando productos de empresas transnacionales, autobuses de pasajeros o despojando tiendas departamentales, en total y absoluta impunidad porque no existe autoridad que se respete ni ley que se aplique para sancionarlos, así que en México y Oaxaca, la mejor forma para hacerse rico es la política y sus sinónimos: chantaje, robo, corrupción, amenazas, por lo que es suficiente conseguir un grupo de 10 o más, cada uno con paliacate en el rostro y asaltar, para empezar, la caseta de Huitzo, que según me platica un amigo bien informado de Huitzo que conoce a los asaltantes, cada irrupción genera entre 40 y 50 mil pesos en cinco horas. Esta es la mejor forma para hacerse rico sin trabajar o estudiar.