Carlos R. Aguilar Jiménez.
La naturaleza, que ni es buena ni mala, estrictamente es, se comporta como debe y la terrible pandemia que nos agobia no es más que otro de los fenómenos biológicos que cíclicamente sucedían aislados en el mundo, pero como ahora existen vuelos internacionales, lo que debiera ser local se convierte en mundial, y las epidemias en pandemias, algunas llevando a especies casi a la extinción, como en la Guerra de los Mundos donde la especie de marcianos viene a exterminar a los terrícolas, que son salvados por virus o bacterias. En nuestro mundo en su historia biológica han ocurrido extinciones masivas, algunas derivadas de cataclismos geológicos, pero otras por infecciones de gérmenes para los que no existen resistencia, porque mientras exista radiación solar, energía, la vida en la tierra, especialmente la del mundo de los microbios seguirá proliferando, porque la Tierra no es nuestra, nunca lo ha sido, es de los virus y bacterias que desde hace 3 mil 800 años pululan sobre agua, tierra y aire.
El sol es fuente de vida y donde haya luz solar y agua se reproducirá; si en lugar de luz y agua hay hielo y resequedad la vida no se reproduce, como dentro de un congelador, así que en función de los requerimientos básicos de la vida, ya seamos mamíferos, reptiles, insectos, bacterias o virus, las mejores condiciones para su reproducción son las que ahora estamos viviendo astronómicamente, porque al moverse el sol hacia el norte luego que en equinoccio llegó al ecuador, los meses más calientes del año son abril y mayo, período en que proliferan todos los seres vivos, iniciando con las plantas que renacen y siguiendo con los animales: zancudos, moscas, cigarras, cucarachas o ratones, para terminar con bacterias y virus que, siguiendo la misma dinámica biológica se reproducirán igual o más, circunstancia que quizá aplica al Covid-19 y demás virus, de tal forma que al tener al sol arriba la radiación es mayor, como sucede ahora cuando el sol esta casi en el cenit de Oaxaca y el próximo 8 de mayo llegue a nuestro meridiano, iniciando inmediatamente la temporada de lluvias, que si lamentablemente el vital líquido no extermina virus, si cambia las condiciones ambientales y dado que los virus ni están vivos ni muertos, son únicamente una molécula de genes sin capacidad de reproducirse si no infectan células, el cambio de estación podría ser, pero solo podría ser, circunstancia favorable para los humanos al morirse por sí solos los virus, como cuando los virus nos salvaron de los marcianos en la novela La Guerra de los Mundos de H.G. Wells. Nada podíamos hacer frente a la tecnología marciana, como ahora nada podemos hacer frente a los virus, excepto escondernos de ellos, por lo que es probable, pero solo posible, que el cambio de estación, de sequía a lluvia pudiera ser un medio ambiente menos favorable para la reproducción de virus, pero no lo sabemos, únicamente es una especulación, por lo que debemos seguir en cuarentena para evitar el contagio de los virus invasores del mundo microscópico, en La Guerra de los Mundos.