Carlos R. Aguilar Jiménez.
Tal y como debe ser en función de su deplorable desempeño como taxistas abusivos, careros, roba maletas y montoneros, por lo que no se puede esperar de un taxista ninguna actitud de respeto y honestidad, según reportan usuarios de la aplicación DIDI, que el gobierno del estado y taxistas inventaron fraudulentamente para engañar a la gente y evitar se implementara en Oaxaca el uso de UBER, cuando el taxi llega por el iluso pasajero que cree DIDI es como UBER, el taxista señala que el costo será el doble: “porque si no, no sale”, además, cuando se le denuncia a través de la aplicación, los taxistas borran su servicio, en esa dinámica social de impunidad, abuso, corrupción extrema e inexistencia de autoridad que caracteriza a Oaxaca y México, donde gremios que antes fueron respetables o estimados y sus miembros distinguidos personajes, hoy se han convertido en gente repudiada por la sociedad.
Respetables antes y repudiados hoy son en primer lugar los policías viales, póngidos con uniforme oficial dedicados en operativos a extorsionar o, individualmente a asaltar a gente humilde a bordo de motos o coches viejos; de la misma forma que los agentes de policía, diputados, camioneros afiliados a sindicatos mafiosos, urbaneros (dueños de autobuses urbanos de pasajeros), normalistas, profesores del Cártel 22 dedicados a bloquear y extorsionar al gobierno enfocados especialmente en arruinar a los niños pobres que asisten a escuelas públicas, de la misma manera que los políticos y sus partidos dedicados a la transa y engaño para beneficiarse a si mismos y sus familias con riquezas tan abundantes que pueden durar por los siglos de los siglos, destacándose hace décadas en esta dinámica de desprestigio y descrédito de otrora gremios respetables y apreciados, los taxistas, y no únicamente los del artificio de la aplicación DIDI, sino todos, comenzando con taxis de pueblos que siempre transportan cinco pasajeros, violando el reglamento de tránsito mientras manejan a altas velocidades agrediendo a los demás conductores y, si por desgracia ocurre un accidente, llamar a todo el gremio que como jauría intimidan y amenazan al conductor privado, sabiéndose protegidos por su gremio y amparados por SEMOVI, dependencia dedicada a recolectar dinero y no a procurar la movilidad ágil en calles y avenidas de la ciudad, como podría hacer prohibiendo el estacionamiento de coches en toda la carretera internacional y periférico, rescatando dos carriles para circular que siempre están ocupados por vehículos parados y en doble fila, obstaculizando el tráfico al dejar únicamente un carril para circular como sucede, por ejemplo, en el boulevard 5 de mayo de Puebla, o sincronizando los semáforos de vueltas inglesas que hace años no funcionan, pero así somos y así seguiremos porque en general en México se perdió la palabra, responsabilidad y respeto a los demás, teniendo cada quien su propia moral y sus datos, otros datos, como dice .A.M o Gatell.