Nematini Vladimir Acevedo Silva
En el recinto que del Senado de la República se lee en letras doradas la frase “LA PATRIA ES PRIMERO” de la autoría del general Vicente Guerrero, misma que se repite también tanto en la Cámara de Diputados Federal y en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). La finalidad de que este texto se replique en dichos recintos es recordar a nuestros representantes de los poderes legislativos y judicial, que la patria siempre debe estar por encima de otros intereses.
En el caso del recinto en donde se alberga el Senado de la República, estas importantísimas palabras están presentes en todo momento a los ojos de las y los Senadores, esto con la finalidad de que puedan tomar las mejores decisiones a favor de nuestro país.
A consecuencia del proceso electoral federal del año 2018, se logró un cambio régimen importante a través del cual se ha buscado impulsar, según Andrés Manuel López Obrador, la cuarta transformación de México, mediante la cual se busca combatir a toda costa y de manera frontal, la corrupción e impunidad que se tanto ha hecho daño al país.
Motivo por el cual y a iniciativa de él, presentó una reforma constitucional que pretende modificar el fuero y ampliar el catálogo de delitos por los que puede ser juzgado el Presidente de la República en turno.
Es decir, que esta reforma será aplicable única y exclusivamente al titular del Ejecutivo Federal que se encuentre al poder, sin que pueda tener efectos retroactivos a ex presidentes de sexenios anteriores.
Durante largo tiempo esta iniciativa fue discutida en diversas ocasiones tanto en la Cámara de Diputados así como en el Senado, siendo esta última quien aprobó con 89 votos a favor y 23 en contra la minuta que reforma los artículos 108 y 111 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicana. En consecuencia, el proyecto de decreto fue remitido a las legislaturas de las entidades federativas para sus efectos constitucionales.
En teoría los defensores e impulsores de dicha reforma han manifestado que este es un precepto histórico, ya que en ningún momento se había llevado a cabo la aprobación de una reforma constitucional de gran envergadura, la cual señala “desaparece el fuero presidencial”. Pero esto se encuentra aún alejado de la realidad.
El fuero presidencial en palabras de Javier Calderón y Barbará Ester, han sido ideados desde un inicio como un contrapeso que permite evitar riesgos potenciales, producto de persecuciones generados por adversarios políticos o por la justicia. Es una forma de protección y un equilibrio de poderes en las democracias liberales, la cual dota tanto a parlamentarios y presidentes de mecanismos para el libre ejercicio de sus opiniones y acciones sustantivas de gobierno.
Ha sido pues a través de esta figura la manera en cómo los distintos titulares del Ejecutivo Federal en turno han podido realizar y ejercer sus funciones propias sin verse afectados de una u otra manera. Y el motivo por el cual hasta ahora no se ha realizado o ejercido acción penal alguna en contra del actual mandatario federal.
Y es que la reforma recién aprobada todavía se encuentra muy lejos de eliminar el fuero presidencial, ya que señala que de conformidad con el artículo 108 Constitucional, durante el tiempo de su encargo, el Presidente de la República podrá ser imputado y juzgado por traición a la patria, hechos de corrupción, delitos electorales y todos aquellos delitos por los que podría ser enjuiciado cualquier ciudadano común.
Es decir, solamente amplía el catálogo de delitos por los cuales el representante del Ejecutivo Federal podrá ser imputado y juzgado.
Por otra parte, la reforma refiere que según el artículo 111 Constitucional, para proceder penalmente contra el Presidente de la República, sólo habrá lugar a acusarlo ante la Cámara de Senadores en los términos del artículo 110. En este supuesto, el Senado resolverá con base en la legislación penal aplicable.
Con lo cual el mismo Senado de la República continúa siendo juez y parte durante el proceso iniciado en contra del Presidente. Con lo cual es obligatorio preguntarnos ¿no se buscaba que el titular del Ejecutivo Federal fuera juzgado ante las instancias correspondientes como cualquier otro ciudadano?
Efectivamente. La iniciativa pretendía ser un parteaguas en materia Constitucional, sin embargo, solo pasó a ser eso, una iniciativa con buenas intenciones pero que solo pretende vender una realidad que no es.
Y es que al ser los intereses partidistas y electorales más fuertes que la propia nación, se está muy lejos en impulsar una reforma que en verdad busque eliminar el fuero Constitucional del Presidente. Tanto la derecha, el centro e izquierda ven muy lejos aún esta idea. Sus proyectos políticos y económicos a futuro no se los permite.
Tal vez remotamente se puede justificar que el primer paso fue dado. Pero con mucha tibieza aún.
No se preocupen. El fuero presidencial estará ahí por muchos sexenios más.
@NemasVA