Carlos R. Aguilar Jiménez.
El presidente y sus legisladores levanta dedos, diputados sumisos incapaces de juicio propio, obedientes a los retrógradas caprichos y obsoletas ocurrencias del presidente, quien como hombre de su tiempo, de la primera mitad del siglo pasado, de ese tiempo arcaico y obsoleto en función del uso de energía y utilización de modernas tecnologías, al estilo dictatorial impusieron la reforma eléctrica que fomentara el uso de energía sucia, electricidad generada por combustibles contaminantes, con lo que México se opone a las tendencias mundiales de utilización de energía limpia o verde, reformando en contra de la Ética de la Tierra.
Generar electricidad utilizando combustóleo, carbón o hulla, si bien para México que es país tercermundista, sin tecnología propia, anticuado en cuanto a utilización de energía eólica, solar, mareomotriz o geotérmica, resulta relativamente rentable utilizar el obsoleto petróleo, porque así se continua con lo mismo, no se innova o moderniza porque resulta caro y para quienes nacieron ––con excepciones–– en los años 50 del siglo XX, es incomprensible entender la Era Digital y avances en cibernética, automatización y uso de tecnologías alternativas que resultan muy complejas a los pensamientos tradicionales de quienes crecieron con discos de acetato, aparatos con bulbos y vehículos con carburadores, en lugar de tratar de adaptarse individualmente a los nuevos tiempos o acoplar al país a la modernidad, prefieren quedarse con lo de antes, en su nicho del pasado, con lo que entienden aunque sea arcaico, optando por descalificar lo nuevo al no comprenderlo.
En países de primer mundo y naciones emergentes se reverdece la tecnología utilizando para que funcionen dispositivos, aparatos y motores, electricidad limpia generada por el sol, aire, olas o calor del interior de la tierra, como formas de energía que no emite humos, no genera CO2 ni otras emisiones sucias para el ambiente y perjudiciales para la salud humana y animales, pero eso al gobierno actual le tiene sin cuidado, no le importa y prefiere seguir ensuciando a México, por lo que el partido totalitario Morena en voz de su líder, dijo a sus seguidores era indispensable apurar la reforma para tratar de contener el elevado costo político que estaba acarreando y, si bien la oposición y ecologistas impugnaran la decisión ante la Tremenda Corte, lo cierto es que de mañanera autócrata se aprobó la reforma, no obstante las repercusiones negativas al ambiente y las transgresiones al T-MEC, comprobándose una vez más que la 4T significa transformación pero hacia el pasado, hacia tiempos obsoletos que creíamos haber superado utilizando energías limpias, no de derivados del petróleo, pero si no se reforma ¿para qué servirá la refinería que construye el gobierno? renunciando a los aerogeneradores del Istmo y a toda forma limpia de generar electricidad.