Carlos R. Aguilar Jiménez.
Celebramos el día del trabajo, primero de mayo, como si trabajar fuera un privilegio, y en verdad lo es si quien lo ejecuta hace lo que le gusta, si no, no como dice el génesis bíblico y una canción popular: “El trabajo lo hizo Dios como castigo”, porque entendiendo que uno de los principios básicos de la termodinámica, respecto de la entropía establece: “No hay desayunos gratis” significa que para conseguir algo, sobrevivir, vivir, triunfar, ser exitoso y trascender, es indispensable trabajar, pero para hacerlo plenamente y felices, primero se debe estudiar, preparar y enfocarse en realizar una carrera profesional o un oficio, obteniendo como resultado que entonces, levantarse cada día para ir a trabajar será un día feliz porque se hará lo que a cada quien le guste, ya que de otra forma el trabajo que se tenga será horrendo porque habrá que empujar, cargar, arrastra, obedecer y acatar lo que los jefes ordenen, nos guste o no y, lo peor, por unos míseros pesos de sueldo.
Hoy es el día del trabajo y debido a la pandemia y nuevas condiciones políticas no se realizaran los acostumbrados desfiles, comidas y celebraciones de obreros y empleados, no obstante, todos aquellos que aún tienen un empleo o trabajo, deben celebrar con entusiasmo el día de trabajo por el simple hecho de conservarlo, ya que debido al pésimo manejo de la pandemia de este gobierno que nos llevó al tercer lugar mundial en muertos y al nulo apoyo económico oficial a pequeñas empresas y medianas, decenas de miles quebraron o declararon en bancarrota despidiendo a millones de trabajadores afiliados al IMSS y que, sin opción se sumaron a los millones en pobreza extrema que aumentaron masivamente en estos años, o decidieron instalar un puesto ambulante en cualquiera de las calles de la ciudad, debido a que no se respeta la ley y menos las ordenanzas municipales porque son preferibles los abrazos, así que si usted estimado lector aun tiene su empleo, es de los pocos afortunados con derecho a celebrar el día del trabajo, dado que muchos otros no, los que lo perdieron y 250 mil que murieron, circunstancia nefasta que de manera especial convierte a esta fecha en un día del trabajo excepcional, principalmente si el trabajo que se desempeña es algo que elegimos como profesionales o con un oficio o negocio, pero si no es así y tiene que trabajarse en lo que sea, cargando tanques de gas, barriendo las calles, despachando o sirviendo, de cualquier forma es un trabajo digno que también debe festejarse, porque en esta vida no hay desayunos gratis y, para triunfar o simplemente para comer se debe trabajar, porque a eso nos condenó, según el mito bíblico, Dios en su infinita crueldad, luego que la mujer, (tenía que ser mujer en el mito misógino) Eva, se atrevió a desobedecer y probó el fruto prohibido, condenando a la humanidad a ganarse el alimento con el sudor de su frente, trabajando de sol a sol, obviamente, sin que trabajen los políticos, sacerdotes y todos los que viven del engaño o manipulación de la gente que tiene que trabajar para vivir, Feliz Día del Trabajo a quienes aún tienen trabajo.