Carlos r. Aguilar Jiménez.
Identificándose plenamente como resentidos sociales, individuos, agrupaciones o partidos políticos rencorosas y de odios permanentes, habituados a culpar de su fracaso y resentimiento individual, familiar o social al pasado, ya sea a sus padres, abuelos, la familia, el gobierno y hasta las circunstancias del pérmico, ahora los gobernantes en turno impulsan un juicio a expresidentes en el que no se apliquen leyes o principios de gobernabilidad, sino lo que diga la muchedumbre, el gentío del “pueblo bueno”, sometiendo al estilo de las asambleas de pueblo donde imperan abusos y malas costumbres, si se debe enjuiciar a los expresidentes por corruptos y cobardes o no. Al respecto, en un pueblo de Etla, diputados y políticos de Morena promovieron en distintas reuniones la participación ciudadana en la primera consulta popular a efectuarse el 1 de agosto próximo.
En sus reuniones de odios largos y resentimiento social, Armando Contreras y Luis Sosa Castillo, dijeron que: “No se trata de llevar a juicio a los expresidentes, sino de que el pueblo de México sepa la verdad de las acciones cobardes que tuvieron en contra del propio pueblo que les dio la confianza con su voto”…obviamente soslayando el hecho de corresponsabilidad en corrupción de funcionarios de gabinetes de cada presidente en cuestión y la culpa de funcionarios de todos los niveles, lo que incluye a la mayoría de funcionarios del gabinete del actual presidente, porque desde el director de CFE y otras secretarias de estado, hasta el Canciller, son responsables de lo mismo que se condenaría a los expresidentes, porque tanto peca el que mata a la vaca… de tal forma que la perspectiva de rencor para enjuiciar a los expresidentes no aplicaría si se tratara realmente de condenarlos por culpables o no, porque en todo juicio se deben presentar pruebas, testigos, evidencias, pesquisas y se castiga también a cómplices, no únicamente a autores intelectuales, de tal forma que desde los hijos del presidente que han recibido dinero sucio y viven como magnates, todos son culpables porque es un hecho que para ser político de cualquier nivel o tipo, se debe mentir, engañar y falsear para ser populares: prometer que la gasolina o el gas no subiría de precio o asegurar que acabaría la corrupción e inseguridad, son excelentes promesas para ganar votos, pero imposibles de cumplir, no obstante, eso no importa porque lo que vale es ganar como sea, hechos y circunstancias que únicamente el futuro podrá condenar previo juicio legal, no por consulta popular. Si se presume que alguien es culpable, se debe aplicar la ley y ya está, no someter a consulta popular si se castiga o no, porque si así va a ser, entonces los criminales, narcotraficantes, ladrones incluso al estilo de Robin Hood, antes que se les aplique la ley se deberá consultar al pueblo bueno ¿para que demonios entonces sirve la constitución y todas las leyes jurídicas que de ella emanan?. La consulta popular es populismo y demagogia en extrema corrupción.