Carlos R. Aguilar Jiménez.
Estamos en plena Canícula sin lluvias, cielos despejados y “calor de perros”, frase que deriva de la proximidad del Sol a las constelaciones del Perro grande (Can Mayor) y perrito (Can menor) las agrupaciones estelares de Los Canes, donde se ubica la estrella mas brillante del cielo: Sirio, alfa del Can Mayor, que los antiguos egipcios suponían sumaba su calor al del Sol, que luego los romanos adoptaron refiriéndose así al periodo de más calor en el año, que en la zona del mediterráneo se corresponde básicamente con los meses de julio y agosto, igual que nosotros.
La canícula esta así relacionada con la aparición de Sirio y los canes que, cuando esta estrella comenzar a parecer al amanecer (orto heliaco de Sirio) todos los egipcios y romanos pasaban el día agobiados y jadeantes como perros bajo los rayos abrasadores del Sol, atribuyéndole a Sirio la emisión de efluvios perniciosos y calientes porque esta estrella titila mucho cuando está cerca del horizonte que es lo que sucede cuando aparece en el oriente, lugar de donde se decía venían los males (como ahora vino el Covid-19 de China, del lejano oriente). Supersticiones al margen, aunque Sirio es de color blanco azulado, en el horizonte se ve rojiza y por eso su aparición en Canícula se asociaba con plagas o epidemias, atribuyéndole una influencia maligna, que en otro sentido, los egipcios asociaban la primera aparición de Sirio con las crecidas del Nilo, que según el calendario egipcio, que corresponde casi a la misma latitud de México, se relaciona también con los días más calurosos y húmedos del año, con la diferencia que donde se ubica Oaxaca, nuestra proximidad a océanos y altura evita que alcancemos las temperaturas extremas de la zona mediterránea o norte de África, por lo que las lluvias seguirán ausentes hasta que, en nuestro caso, por la ubicación respecto de la trayectoria del sol, pase de nuevo por el cenit, en el segundo día ascio, el 5 de agosto, y en consecuencia por la intensa radiación solar a los mares de nuestra latitud, reinicien las lluvias por efectos del agua recalentada, y desde mediados de agosto hasta finales de septiembre tengamos la formación más alta de huracanes del año con sus correspondientes lluvias torrenciales y pertinaces que darán por concluida la Canícula o los llamados días de calor de perros, y al desplazarse el sol hacia el sur rumbo al ecuador y luego al solsticio de invierno, las temperaturas de Oaxaca, la zona mediterránea y demás que se corresponden con nuestra latitud, comiencen a disminuir anunciándose la proximidad del otoño, el clima fresco, fin de la temporada de huracanes y de lluvias para seguir con el ciclo sin fin de las estaciones, mientras y durante los próximos días no habrá lluvias ni nubes y el calor al medio día será agobiante, bochornoso, húmedo y las noches serán de cielos despejados. Afortunadamente es únicamente una transición canicular y volverán las lluvias con agua que se desperdiciará regresando al mar porque no construimos como los egipcios lagos artificiales para almacenar esa agua que luego necesitaremos, como todos los años en un ciclo sin fin de indolencia.