Carlos R. Aguilar Jiménez.
Por la ideología del gobierno que culpa al pasado de todo, a 500 años de la caída de Tenochtitlan, colocan decoración prehispánica por 500 años de “Resistencia Indígena” en México programando para el 13 de agosto una conmemoración magna, porque si el cruel y despiadado imperio azteca que sometía, explotaba y sojuzgaba a los demás pueblos exigiendo tributos, esclavos y víctimas para sacrificar a su Dios, lo que sucedió durante la conquista española fue igual o peor que lo que acostumbraban aztecas con pueblos a los que había conquistado, por lo que, si para chilangos y habitantes de la actual CDMX el 13 de agosto sea una conmemoración, lo cierto es que para el resto del país, comenzando con tlaxcaltecas, zapotecas, mixtecos, otomíes, matlatzincas, etc., debería ser motivo de celebración la caída de la sanguinaria e idolatra Tenochtitlan.
La llegada de Colón primero y después Cortez con su ejército, con apoyo de los enemigos de aztecas o mexicas, la caída de Tenochtitlan significó el fin de un imperio sanguinario y cruel que sometía a lo que ahora es México, desapareciendo por completo la ciudad de Tenochtitlan, y no porque Cortez quisiera hacerlo, sino porque no tuvo opción dado que los aztecas, igual que espartanos, japoneses o islamitas, no se rinden nunca, prefieren la muerte en combate que rendirse, por eso EU tuvo que utilizar bombas nucleares sobre Hiroshima y Nagasaki y, Cortez destruir Tenochtitlan, liberando a los demás pueblos del infame imperio azteca que exigía miles de prisioneros para asesinar en sus piedras de sacrificios, suceso que si para mal resultó similar con los conquistadores europeos, que saquearon, despojaron y cometieron todo tipo de abusos, lo cierto es que en retrospectiva, nos fue mejor a los pueblos sometidos por aztecas que con los españoles, porque gracias a España los idólatras habitantes de América, especialmente los mexicas, a 500 años hoy son cristianos, católicos y guadalupanos, conversión a la nueva religión impuesta por el mejor argumento teológico: Armas de fuego, que garantiza a los creyentes en Jehová, Jesucristo, el papa, apóstoles y el habitáculo de Dios y sus elegidos, que no irán directo al infierno por haber dejado de creer en Huitzilopochtli, Tláloc, Quetzalcóatl o Cosijo, así que en vez de conmemorar la “Resistencia de 500 años”, lo que debería hacer la CDMX es agradecer a España que son cristianos y, los demás estados del país, celebrar que los españoles nos liberaron del imperio azteca, y aunque haya resultado igual o peor, la situación sigue parecida, porque CDMX continúa explotando, sometiendo y sangrando al resto del país, porque todo lo que se produce en los estados es para dar servicios, alimentos, agua, electricidad y todos los lujos a los chilangos para su comodidad, igual que los antiguos aztecas, sin que den nada a cambio al resto del país, siendo explotadores y saqueadores como sus antepasados aztecas y los españoles. Todo el país debiera, a 500 años de la caída de Tenochtitlan, independizarse de CDMX o de su gobierno.