Ismael Ortiz Romero Cuevas
He regresado. Muchas gracias a todos quienes, por alguna situación, preguntaron si seguiría con el espacio. Como publiqué el pasado 15 de julio, me tomé un descanso para poder despejar la mente un poco y atender un problema de salud que tuve en mi ojo derecho y provocaba que mi visión al estar frente a la computadora, fuera un tanto molesta. Pero aquí estamos, ya de vuelta.
Y en ese lapso que estuve de descanso en la escritura, se estrenó la esperadísima serie animada “Amos del universo: Revelación” a través del gigante del ‘streaming’, Netflix. Y como prometió, nos trajo de regreso a esos personajes que, a muchos de nosotros nos recuerdan nuestros años de infancia o juventud y que hacían que nuestra imaginación volara a ese ficticio planeta. Desde que se presentó el avance, a mediados de junio, el entusiasmo era real en muchos sectores que fueron fanáticos de la emisión y colección de juguetes y a quienes, se les debe una emisión digna y con el respeto al cariño que se le tienen a estos personajes. Y el 23 de julio fue el día que He-Man, llegó al catálogo de Netflix, una serie de cinco episodios de aproximadamente 25 minutos de duración y que se convirtió en ese fin de semana en la producción más vista de la plataforma. La crítica además se volcó en elogios hacia la serie animada y la llenó de comentarios positivos, ostentando calificaciones de 6.0/10 en IMDb y de 94% en Rotten Tomatoes. Pero el añejo enfrentamiento entre crítica y audiencia no se hizo esperar.
Mientras que los especialistas halagaron la serie y la producción en sí misma, el público criticó el desarrollo de la historia y el tratamiento de personajes; y entre otros comentarios había uno, que en palabras más o palabras menos, destacaba: ¿cómo demonios presentan una serie de He-Man, donde el personaje que menos aparece es He-Man? En efecto, aunque la serie comienza como nos había acostumbrado la caricatura de los ochenta, a los diez minutos, “Revelation” toma un vuelco inesperado, siendo el campeón de Eternia el que es sacrificado en todo sentido. Y reitero el ‘en todo sentido’.
“Amos del universo: Revelation” nos narra una historia en donde las mujeres que aparecen, ya sea como heroínas o villanas, toman un papel preponderante en la serie, dejando de lado el conflicto entre He-Man y Skeletor, dando importancia a otros personajes que realmente fueron un gran soporte a la historia original. Ante tal situación, los enojados fanáticos entonces comenzaron a inundar de comentarios negativos a la serie en Rotten Tomatoes, mismos que no pasaban de una sola estrella. Y en la prestigiada página, mientras para la crítica tiene un 94% de aprobación, el publico la ha evaluado con un vergonzoso 39%. Con esto, no creo que Netflix piense en una segunda temporada.
No fue suficiente que el escritor Kevin Smith, uno de los guionistas y escritor de comics más admirado por el público ‘friki’, haya estado detrás de la historia, pues lo que hizo con los personajes de Mattel y DC Comics no fue del agrado de la gente que, entre otros comentarios, decían que el guion había sucumbido hacia lo políticamente correcto y enalteciendo el feminismo que en este caso no se justifica, sacrificando la sustancia de la historia que hizo grande a uno de los personajes ficticios más celebrados y sobre todo, de unos héroes que con estos resultados, siguen sin tener una producción que realmente encante al público. Con esto, no digo que “Amos del universo: Revelación”, sea mala, al contrario, si disfrutan de una gran historia y de valores de producción sin duda, la gozarán de principio a fin. Pero si querían ver una historia con He-Man enfrentando a Skeletor y defendiendo al castillo de Grayskull, pues no la van a encontrar en esta producción.
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