Ismael Ortiz Romero Cuevas
El género del ‘thriller’ y suspenso ha sido uno de los más socorridos en la literatura, sin embargo, también se ha desgastado porque muchos autores abusan de él tratando de vender novelas con tramas que contengan giros argumentales inesperados o elementos que reten el intelecto del lector, pero que al final no lo logran. Este, es un género que en lo particular en la literatura y en el cine, me gusta mucho y quizá por ello, sea que encontrar historias que realmente me sorprendan, resulta un tanto complicado.
Y hace unos días, encontré una novela que ciertamente, me dejó con un gran sabor de boca y aunque no es un libro nuevo en el mercado, sí lo fue para mí que lo compré porque vi que lo recomendaban en un programa de televisión: “Niña buena, niña mala”, libro publicado en 2017 y escrito por Ali Land, autora británica que hace su debut en el mundo de la retórica con esta historia y que ha sido calificado por algunos críticos como uno de los más sensacionales de los últimos años.
Desde hace unos meses, tenía ganas de leer buen suspenso, pero algo pasaba que algunas novelas me llenaron de expectativas y terminaron por tener argumentos que no me resultaron ni novedosos, ni sorpresivos hasta que encontré esta obra. Vale mucho la pena leer a Ali Land con su “Niña buena, niña mala”, porque es tremendamente agradable encontrar una autora que posea esa narrativa ágil y afable, que haga que la lectura sea una actividad encantadora, pero además, que la historia contenga elementos que realmente haga que empaticemos con los personajes y no podamos parar de leer por mucho tiempo.
Ali Land presentó con “Niña buena, niña mala”, un ‘thriller’ como hacía mucho tiempo no leía, pues la novela no solo está llena de suspenso, sino que plantea situaciones emotivas, además, de que se toma el tiempo de pulir a sus personajes para que desde la primera página, comencemos a identificarnos con ellos y a sucumbir ante las dificultades por las que atraviesa Annie, la protagonista, que nos llevará a experimentar emociones opuestas muchas veces al mismo tiempo, pues se trata de una adolescente de 15 años, hija de una asesina serial y que a su corta edad, ha sido testigo de varios asesinatos de niños; por eso, Annie resulta una chica tierna, pero a la vez perturbada y aterradora.
De entrada, esta historia parecería un drama adolescente como existen un sinfín dentro de la literatura y el cine, sin embargo, los pensamientos y sentimientos de Annie poco a poco nos adentran en una historia oscura y turbulenta donde los desconciertos en su desarrollo me dejaron, al menos a mí, muchas veces con el corazón latiendo de manera apresurada, pues el dilema que enfrenta la joven protagonista entre agradar a su familia adoptiva, encajar en la escuela donde sufre de acoso por su nueva “hermana” y la incertidumbre de si puede o no parecerse a su madre desemboca en una novela potente y que nos deja con esa sensación de averiguar de manera apresurada lo que sucederá después. Annie se esfuerza por ser una muchacha buena, pero que en el fondo, sabe que las similitudes con su progenitora cada vez son más enfáticas, así, es cuando ella y nosotros como lectores nos preguntamos: ¿a qué lobo debe alimentar más? Es una novela trepidante, que me la leí en solo tres días y eso, porque cuando notaba que lo que restaba del libro era menos, comencé con una lectura pausada porque no quería que se acabara.
El resumen oficial del libro dice: “La madre de Annie es una asesina en serie. El único modo de detenerla es entregándola a la policía. Pero aunque ya no esté cerca, Annie no puede sacarla de su cabeza. El secreto de su pasado no la deja dormir, incluso con su nueva familia y su nuevo nombre: Milly. Mientras que un equipo de expertos prepara a Milly para encarar a su madre en un complicado juicio, ella a su vez deberá confrontar su pasado. Ahora puede ser quien elija ser… una página en blanco. Pero su madre es una asesina serial. Y la sangre siempre llama.”
Un libro que, sin duda, no se van a arrepentir de leer y que seguramente, pronto veremos adaptado al cine o a alguna serie de televisión. Un ‘trhiller’ de los buenos.
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