Ismael Ortiz Romero Cuevas
Desde el pasado 08 de septiembre, día en que la reina Isabel II falleció, hemos estado inundados en medios de comunicación y redes sociales de todo lo que concierne a la sucesión real en Gran Bretaña, el protocolo que se sigue y los funerales de estado con los que será despedida la monarca más longeva de la historia de aquel país. Incluso he leído y escuchado comentarios de usuarios de redes y alguna que otra figura pública, que le pide al pueblo inglés que aproveche para salir del “yugo de la monarquía y dejar de mantener con lujos a una familia que se siente mejor que otras”; en fin, cuando se desconoce que la monarquía institucional y el estado unitario es su sistema de gobierno, hablar resulta lo más fácil del mundo.
No es un secreto, que uno de los más grandes honores que otorgaba la reina a personajes destacados de su país, era brindarles cualquier grado de la Orden del Imperio Británico y todas las figuras públicas destacadas de Reino Unido deseaban con ansias el poder agregar ese título a su nombre. Figuras como Paul McCartney, Ralph Lauren, Elton John, Kiera Knightley, Emma Thompson, Adele, David Beckham, Kate Winslet Benedict Cumberbatch, Eddie Redmayne, Ewan McGregor, Mick Jagger o J. K. Rowling fueron algunas de las figuras a los que Isabel II les otorgó ese título y otros como Freddie Mercury o George Michael que fueron simplemente ignorados.
Sin embargo, hubo un artista que rechazó dos veces ese honor: David Bowie. Es conocido que a Bowie nunca le interesaron los premios de la industria, como los Grammy por ejemplo, a los que nunca acudió a pesar de haber estado nominado en 12 ocasiones, ganando solo uno en vida y cinco póstumos, y solo acudía a recoger los que reconocían a su obra y su trabajo con un valor intelectual, por ejemplo sus dos doctorados honoris causa o la Orden de las Artes y Letras que otorga el ministerio de cultura del gobierno francés.
La reacción de todos tanto en la industria musical como en la política de su país sigue siendo motivo de asombro cuando es sabido también que Bowie no solo rechazó un reconocimiento que venía de la reina, sino que fueron dos. En 2000, al cantautor se le concedió la medalla de comendador de la “Excelentísima Orden del Imperio Británico”, que han recibido entre otros Ed Sheeran, sin embargo, esa distinción fue rechazada por Bowie, lo que provocó una sorpresa no tan grata entre los integrantes de la realeza. Se supuso que Bowie no había aceptado el reconocimiento porque no era el del grado más alto, es decir, el de “Sir” (caballero). Bowie, nuevamente fue convocado en 2003 para entonces sí, otorgarle la misma distinción, pero con el nombramiento más alto: la Gran Cruz de Caballero del Imperio Británico y también fue rechazada por el genio.
La sorpresa fue aún mayor y el desaire, aún más contundente. Ese mismo año, en una entrevista que el creador de “Starman” dio a The Sun, se habló del tema. A pregunta expresa sobre ese desprecio a la reina, Bowie contestó: “Nunca tendría la intención de aceptar algo así. No sé ni para qué sirve y no es para recibir eso que me he pasado toda una vida trabajando y creando; no me corresponde a mí juzgar a Jagger (que ese año recibió la misma distinción), es su decisión, pero eso no es para mí”. La entrevista continuó y le cuestionaron si era anti-monarquía y esto dijo: “Solo tengo una respuesta seria pasa eso: por eso estoy viviendo en este país” respondió. Bowie radicaba en Nueva York, en los Estados Unidos y ahí fue donde murió en 2016.
OTROS QUE RECHAZARON LA DISTINCIÓN
Bowie no fue el único que rechazó esas distinciones de la corona británica, aunque sí el que lo hizo dos veces. En 1965, todos los integrantes de “The Beatles” recibieron una medalla como Miembros del Imperio Británico (la distinción con menor rango), sin embargo, en 1969 John Lennon la regresó a la reina junto con una carta que decía: “Le regreso mi MBE (por sus siglas en inglés) como protesta por la participación de Gran Bretaña en el asunto Nigeria-Biafra y por el apoyo del país a Estados Unidos en Vietnam y contra la caída de la Turquía Fría. Con amor: John Lennon de Bag”.
George Harrison, también ex Beatle, rechazó en 2000 un nombramiento como Oficial de la Orden del Imperio Británico por una razón un tanto de dignidad, pues Paul McCartney había sido distinguido con la Gran Cruz de Caballero de la Orden del Imperio Británico, es decir, fue nombrado “Sir”, en 1997. En ese entonces, periodistas, analistas e historiadores de la corona, le dieron la razón a Harrison, pues aseguraron que brindarle el grado de Oficial en vez de el de Sir era un acto “terriblemente insensible” de la reina.
De lo que poco se ha hablado en estos días, es justamente de ese doble rechazo que el enorme David Bowie le hizo a la corona británica, y que lo hizo por un acto de congruencia y según el mismo Bowie, porque esos títulos no le servían para nada; por ello su rechazo a la medalla como al nombramiento. Así era Bowie.
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