Enrique Domville
Los progresos de la humanidad siempre se han logrado como una tarea en que todos los seres participan y se ayudan, recordemos que nacemos para ser cuidados hasta el momento en que podemos ser autosuficientes, pero siempre contamos con alguien dispuesto a darnos su tiempo y conocimiento por lo que se torna difícil el sentimiento de soledad, salvo en las excepciones en que siendo conscientes de que tenemos una discapacidad que nos hace débiles y sin posibilidades de realizar alguna tarea simple.
Rosalynn Carter esposa del expresidente Carter expresó que en este mundo existen cuatro tipos de personas: “Las que han sido cuidadoras, las que son cuidadoras en la actualidad, las que serán cuidadores, y los que necesitan cuidadores”. Dentro de estos, tenemos a los que son profesionales o los que por algún evento tienen que asumir el papel que la circunstancia les pide como una responsabilidad extra; según el INEGI, en México existen seis millones 179 mil 890 personas con algún tipo de discapacidad; en el mundo existen 15% de la población mundial, de estos 190 millones requieren asistencia para sobrevivir o llevar una vida estable, el camino de la salud sólo es valorada cuando los sentimientos de aceptar tu realidad aparece. Los diferentes tipos de discapacidad relacionados a los órganos de los sentidos como el ver, oír, hablar, o deficiencias en la movilidad física, sin olvidar a los que por algún motivo, no pueden razonar, y tenemos a todos aquellos que requieren un cuidador, profesional o improvisado por cualquier motivo: accidentes o enfermedades crónicas degenerativas que han aumentado pues vivimos más tiempo. En México, sólo de enfermería se calcula que se requieren más de ciento quince mil enfermeras; a nivel mundial el número se magnifica, recordemos que aún está presente la COVID 19, que en sus primeras etapas requirió muchos cuidadores por el estado crítico de los pacientes y la gran mortalidad de la patología.
Esta relación cuidador-cuidado se vio modificada, porque los pacientes intubados y sedados no permitían la interacción de los actores de manera humanizada.
Consideremos al 15% de la población mundial que requiere asistencia e interacción humana, en su cuidado, esta relación es difícil sobre los que por su estado de salud no se bastan así, la tarea que llevan los cuidadores profesionales, o los que han tenido que asumir la responsabilidad, difícil pues es una relación que debe llevar reglas como honestidad, altruismo, empatía, respeto y agradecimiento de quien requiere la atención los que recibimos, por lo que, los cuidados debemos actuar, con prudencia y agradecimiento a los que nos ayudan.
La selección de cuidadores para la directora de Cuideo, Ann Roselló, se basa en el conocimiento y el perfil del que deberá ser cuidado y quien proporcionara el servicio.
Esto en condiciones ideales, pero sucede que el mundo ideal sólo está reservado para unos cuantos, por lo que la improvisación suele ser la medida normal de la solución. En estos casos, en la gran mayoría recae la responsabilidad parcial o total en la familia, sobre todo en las mujeres de la casa, quienes se cansan y pueden sentir que su colaboración no es apreciada, lo cual nunca es cierto ya que el agradecimiento es una obligación moral y ética que solemos llevar como una mera cortesía sin apreciar la realidad, del hecho de recibir, y la demostración de amor, preocupación y servicio que estamos recibiendo. Por lo que pensemos en cuidar a quien nos cuida, no podemos desgastar esta relación con expresiones de ira o falta de respeto, solo mostrar el agradecimiento.
Cuidemos al cuidador profesional, ya que dependemos de ellos para que nos ayudan y toleran, y sus servicios son indispensables por no poder nosotros llevarlos a cabo.
Nuestras vidas son frágiles, siempre en juego por enfermedades, accidentes o falta de cuidado, recordemos a la Sra. Carter, que generalmente, todos llegaremos a tener que ser cuidados, comencemos la cultura de apoyo a otros con otro estado físico, aprender a dar y sobre todo aprender a recibir con paciencia, agradecimiento, pero esto desde el fondo del corazón sin cortapisas y sin juzgar lo recibido.
La cultura de ayudar es algo que vive y requiere a todos usarla desde pequeños, enseñar a ayudar y agradecer, “Gracias a la vida que me ha dado tanto”, como cantó Violeta Parra. Cuidemos al cuidador. William James escribió “El sentimiento más o menos callado de vida honesta, parcialmente se obtiene de los libros; y en nuestra forma individual de simplemente ver y sentir todo el empuje y toda la presión del cosmos.”
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