Carlos R. Aguilar Jiménez
Concibiendo que democráticamente el poder legislativo es representante legal de ciudadanos para la toma de decisiones políticas, luego de las elecciones pasadas por las que el partido oficial continuara en el poder, al finalizar de este sexenio se auto otorgan y conceden todo el poder, el dominio absoluto y dominante de la legislatura, senado e INE, además del control de casi todos los estados con sus gobernadores e incluso presidentes municipales, dejando sin representación a los millones de mexicanos que no votaron por más de lo mismo, y no están de acuerdo con la política actual que no cumplió, aunque los que reciben su dadiva estén felices con un puñado de pesos.
Sin representación estarán casi cuarenta millones de mexicanos que no votaron por el partido oficial porque, no obstante, es un porcentaje que debe manifestarse en número de diputados, la recién aprobada sobrerrepresentación dará al gobierno más diputados sumisos al gobierno y su partido, que los que equitativa y proporcionalmente corresponden, de tal forma que, no habrá opción ni posibilidad de refutar, impugnar, objetar, oponer, matizar o rebatir absolutamente nada, ninguna propuesta, intención o abuso, porque la mayoría calificada al servicio del gobierno tendrá todo el poder y cualquier iniciativa presidencial será admitida y aprobada sin cambio alguno, porque la representación y posible impugnación o replica de cuarenta millones de mexicanos, no existirá más.
Millones de mexicanos acostumbrados en lo que va del siglo y en todo contexto a la democracia, a tomar decisiones consensuadas, votadas o elegidas, viviremos ahora en una sociedad en acracia, que tendrá un gobierno con absolutamente todo el poder, sin posibilidad de refutación o acuerdos con otros criterios, juicios, cordura o razonamiento, porque teniendo todo el poder, para eso es, se hace lo que diga y mande el gobernante, y eso es: autoritarismo, absolutismo, acracia.
Con mayoría absoluta en el poder legislativo, sumisión del INE, desaparición de instituciones autónomas, obediencia o lealtad de ejército; militarizada la policía y con jueces y ministros elegidos por simpáticos, condicionados a mentir para ser populares y ser electos, como políticos corruptos, los millones de mexicanos que no votaron por este gobierno, estarán sin representación y además, humillados, sabiendo que su voto fue devaluado, disminuido, para incrementar el del gobierno y aliados en una dinámica “legal” , si, constitucional, pero inmoral porque no habrá oposición que valga o sirva. Con todo el poder y sin representación de ciudadanos considerados: adversarios, pérfidos, impíos, traidores a la patria, fifís, aspiracionistas y corruptos, el gobierno sin oposición alguna estará en posibilidad absoluta y total impunidad, presidiendo como monarquía o realeza morena, haciendo lo que se le antoje, para bien o mal, en acracia