Carlos R. Aguilar Jiménez
Pedir perdón a España ha sido una de las proclamas demagógicas del presidente de México para exacerbar el resentimiento de los fanáticos de Morena en su afán de dividir, polarizar y encontrar chivos expiatorios o culpables de la causa de pobreza y mediocridad de la mayoría de mexicanos, no obstante, antes que pedir perdón a España, deberían todos los mexicanos, agradecer y reconocer que, gracias a España, con mayor exactitud a la Corona de Castilla y Aragón, a los reyes católicos, los mexicanos son Católicos, Apostólicos y Guadalupanos con garantía expedita de llegar al Habitáculo de Dios y todos sus elegidos, y no idolatras paganos con destino inmediato al Infierno.
Si no hubiese sido por la Conquista Hispana, los nativos de lo que hoy es México, todos serían adoradores de Huitzilopochtli, Cosijo, Quetzalcóatl, Kukulcán y demás dioses prehispánicos zapotecos, mixtecos, mayas, chichimecas, tarascos, purépechas, etc., quienes durante miles de años veneraron devotamente a sus deidades supremas con rituales y sacrificios, y hubiera seguido así de no ser por la imposición a fuerza, a sangre, fuego y pólvora, del Dios Judeocristiano, que a su vez fue también impuesto a los españoles por los romanos.
Si de pedir perdón a España se trata, como dice el presidente y su sucesora, antes deberían pedir perdón a todo el país, los descendientes de aztecas, los chilangos, los que viven en cdmx, porque fue el cruel, sanguinario y despiadado Imperio Azteca, Aztlaneca o Mexica, que torturaba, mataba, extorsionaba y despojaba de sus recursos a todos los pueblos vecinos incluidos los zapotecos, en síntesis, los que tienen aún nombre en Náhuatl y no en el del idioma originario, que fueron saqueados por brutales y despiadados opresores aztecas, casi igual que hoy, donde todos los habitantes de CDMX viven con elevada calidad de vida, infraestructura, vialidades, Metro y todos los servicios de una gran ciudad, incluida el agua, electricidad, alimentos y combustibles, sin que contribuyan al resto del país con nada, ni un grano de arroz, kilo de carne, kilowatt, litro de gasolina o algo útil.
Los aztecas antepasados de los actuales chilangos fueron un pueblo cruel y sanguinarios que organizaba guerras para obtener victimas para sacrificar a Tonatiuh extrayendo el corazón y usando la piel del desollado para vestir a sus sacerdotes, constituyéndose en un pueblo brutal y despiadado, peor incluso que los españoles, así que si de pedir perdón se trata, que todos los estados demanden a CDMX perdón y se exija que los millones de metros cúbicos de agua, mega watts, toneladas de gasolina y alimentos, así como la enorme infraestructura que ostenta, de alguna forma sea repartida en el país, como falsamente dijo el presidente al prometer que las secretarias de estado se irían de la capital y no cumplió, porque la capital azteca tiene todo y Oaxaca nada, excepto dádivas, pobreza, lastimeras carreteras, un tren intrascendente en el Istmo, aunque tengamos el mejor servicio de salud del mundo. Ja.