Carlos R. Aguilar Jiménez
Hace unos días se unieron el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), para declarar oficialmente a México, libre de analfabetismo, iniciando la campaña: “Alfabetizando transformamos y dejamos huella” presumiendo que en nuestro país todos sabemos leer y escribir, suponiendo que descifrar letras, palabras y oraciones es suficiente en el siglo XXI para triunfar en la vida y ser exitoso, como ocurría en el pasado y hasta el siglo XX, cuando saber leer y escribir era básico para desempeñarse en empleos o trabajos elementales, pero, en estos tiempos también es indispensable no ser analfabeto digital.
Saber leer y escribir sin comprender, entender y trascender textos o lecturas es ser: analfabeto funcional, porque una cosa es decodificar letras y palabras convirtiéndonos en lectores capaces de leer chismes de internet, mensajes, anuncios e instrucciones básicas, que es lo que necesita saber un obrero, campesino o cualquier trabajador elemental, y otra, muy diferente, es entender los conceptos, significados, leer entre líneas y trascender lo leído, analizando lo escrito, filosofando, comprendiendo y con espíritu critico reflexionar respecto de lo leído.
Si, que bien que todos los mexicanos sepamos leer, así ya pueden leer la boleta electoral, instrucciones para recibir la dadiva de bienestar y cumplir con las instrucciones escritas que les den sus jefes, ajenos completamente a la lectura de libros clásicos, poéticos, literarios, artísticos, astronómicos, matemáticos, históricos, de divulgación científica o cualquier tipo de libro que exija reflexión, contexto y especialmente, gusto por leer, placer por entender y saber, para ser una persona culta, docta y principalmente, educada
Saber leer y escribir es importante y es el inicio del camino hacia una formación académica en busca de un titulo profesional, una licenciatura, maestría o doctorado; es también fundamental para, por formación autodidacta, triunfar en el comercio, los negocios o cualquier actividad que requiera concentración, evaluación, y análisis de probabilidades o mercadotecnia, no obstante, con el elemental hecho de leer y escribir, sucede lo mismo que con las matemáticas básicas, porque no es lo mismo saber sumar, dividir o multiplicar que, entender calculo diferencial.
Decodificar letras para entender el silabario o palabras y frases, sirve para leer el libro vaquero, los anuncios en la calle y hasta mensajes de redes, pero es inútil si no se complementa con conocimientos de tecnologías digitales, informáticas, matemáticas, algebraicas por lo menos y, especialmente la capacidad de critica y análisis, de tal suerte que presumir en estos tiempos que todo el país sabe leer es loable si se tratara de niños de segundo de primaria del siglo pasado, pero en estos tiempos digitalizados, tecnológicos y capitalistas neoliberales, debiese presumirse superar el analfabetismo funcional, digital y saber inglés, como todos los habitantes de Dinamarca.
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