Carlos R. Aguilar Jiménez
La inteligencia, entendida como la máxima expresión intelectual de las facultades humanas, es tan asombroso portentosa que se consideró ajena a los individuos, creyéndose, y todavía, resultado de algo divino, un alma, espíritu o esencia sobrenatural, porque es tan sublime y poderosa que no podría ser parte del cuerpo sucio, mortal y corrupto y que, al final de la vida, deja el organismo regresando a la divinidad: Inefable Gloria, Nirvana, Valhala, inframundo y lo que sea se ocurrió a religiones antiguas y modernas para ubicar la trascendencia inteligente del ser humano.
Es tan portentosa la inteligencia definiéndose como la capacidad de resolver problemas, planear, organizar, pensar, abstraer, intuir, deducir, comprender ideas complejas y aprender de la experiencia, siendo una habilidad cognitiva general de la que derivan capacidades específicas, pero especialmente de comprender conceptos, interrelacionando emociones, pasiones o entusiasmos que, como sentimientos nos animan, alegran, enojan, influyen o inspiran, de tal forma que, decir que lo que hace la inteligencia artificial (IA) procesando datos o números a la velocidad de la luz (la mente piensa a 20 km/h) es inteligencia, ya sea artificial o sintética, es subestimar o empobrecer la inteligencia.
Quizá la IA pueda ser “inteligencia” básica, como la de un animal: instintiva, atemporal inconsciente, episódica, de aquí y ahora, porque las maquinas procesan datos, no piensan, no sienten, no se emocionan, no crean, innovan ni opinan, no engañan o mienten, ni son malas o buenas, simplemente son, porque no tienen consciencia ni conciencia, siendo esta ultima la condición fundamental para considerar a alguien, no algo, inteligente. Y, si alguien considera lo que hacen las maquinas: inteligencia, es ignorar qué es Inteligencia, y suponen que lo que hace una maquina es igual a lo que hacen ellos mismos, lejos muy lejos del potencial intelectual de los creadores, artistas, intelectuales, poetas, ingenieros y cualquiera que piense y no únicamente funcione a nivel elemental su intelecto, tan pobre que le dice gracias al dispositivo Alexa, o “por favor funciona” a su licuadora. Conozco a alguien super inteligente que dice gracias a las máquinas, pero únicamente por su notable educación.
La inteligencia, siendo el logro máximo de la evolución de la vida hasta ahora conocido, y la capacidad del universo de darse cuenta de su existencia, es resultado del pensamiento del neocórtex en correlación con el sistema límbico y reptílico del cerebro, operando en función de hormonas y sustancias bioquímicas (“hormona mata neurona”) que nos hacen querer, odiar, engañar, ambicionar, dominar, destruir, crear, construir y todo lo que es humano, derivado de su intelecto, así que, cuando alguien dice Inteligencia Artificial está menospreciando la Inteligencia, o poniéndose a la altura de la suya igual a una máquina, como si yo me ubicara al nivel de la computadora en la que estoy escribiendo este artículo o de mi teléfono dizque inteligente, que en caso de que así lo fuera, si lo sería porque hay algunos teléfonos que son más “inteligentes” que sus dueños.
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