Carlos R. Aguilar Jiménez
Desde que Carlos R. Darwin presentara la Teoría de la Evolución o supervivencia diferencial, esto es, la sobrevivencia de los más aptos como explicación del origen de las especies incluido el ser humano, detallando en su obra posterior al Origen de las Especies y el Viaje del Beagle, El Origen del Hombre, que no somos ángeles caídos, sino antropoides erguidos, el concepto de raza humana se acabó, porque sabemos bien que todos somos africanos y que nuestro linaje humano se remonta a varios millones de años atrás, demostrando que todos somos iguales…física, anatómicamente…
Todos somos iguales biológica, fisiológica y evolutivamente, son embargo, hay exiguas diferencias de estatura, color de piel, pelos u ojos, complexión y otras variaciones propias de la adaptación al ambiente o combinaciones genéticas, que han servido a grupos dominantes para discriminar o excluir a los que en apariencia son diferentes, como negros de piel, amarillos y blancos o mestizos y dizque “puros de sangre” de cualquier color, de la misma forma que esclavos y amos.
Es inobjetable que todos físicamente somos seres humanos, Homo Sapiens, desde el más diminuto pigmeo hasta un gigante vikingo, no obstante, si existen diferencias intelectuales, y si algunas son debidas a contextos culturales, sociales o falta de estimulación temprana, lo cierto es que, así como hay diferencias físicas de aspecto, también las hay intelectuales y, pueden ser medidas por los psicólogos en función del IQ, de sus destreza o habilidades innatas o aprendidas.
Algunos de los temas comunes que aluden a las diferencias intelectuales, es que no todos tenemos la misma chispa, destreza o brillantez para deducir, intuir, abstraer, responder flexiblemente a situaciones, obtener provecho de circunstancias fortuitas, hallar sentido en mensajes ambiguos o contradictorios, descubrir diferencias o semejanzas entre varias situaciones, resolver ecuaciones matemáticas, sintetizar nuevos conceptos, componer una sinfonía, poema o entender el universo.
¿Puede cuestionarse lo que antes expuse? Difícilmente, porque no obstante, existen diferentes tipos de inteligencia según Howard Gardner, y a pesar de los discursos políticos populistas de igualdad, que aluden más a derechos que a cualidades, vivimos en un mundo de diferencias y jerarquías sociales, así que, parodiando a George Orwell, puede decirse que: “Todos los humanos son iguales, pero unos humanos son más iguales que otros” y estos son más, demostrándose ahora en un país polarizado, en el que la mayoría son iguales y en función de una dádiva, propaganda ideológica, rencor social, odios largos y gusto por culpar al pasado de todos sus males, discriminan a los demás, a los que no son iguales, los menos, a quienes les ha ido bien y no tienen necesidad de regalos, protestas, marchas o plantones, dedicándose felizmente a su trabajo y disfrutar su éxito económico, académico, atlético, artístico o social, esto es, intelectual, ¡Si! todos somos iguales, pero unos son más iguales que otros.
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