Juan Carlos Salamanca
Dicen que los sueños no dan de comer.
Técnicamente no, No se fríen en el sartén, se ponen sobre galletas o se consiguen por kilo como las tortillas.
¡Pero si no sueñas, la vida no tiene sentido!
Qué triste sería vivir sin sueños, andar en la vida en modo automático: haciendo solo por hacer, creo que sería una vida vacía.
No hace falta soñar en grande, solo hace falta que algo te mueva. A veces basta con tener ganas de aprender algo nuevo, abrir un changarro, arreglar lo que está roto, o simplemente hacer algo que te haga sentir vivo.
El problema es que a muchos nos cortaron las alas cuando fuimos niños.
Nos enseñaron a no soñar, a no pedir mucho, a conformarnos.
Soñar no es de flojos dormilones, soñar y desear no es de ambiciosos. Soñar es algo natural, está en nuestra esencia humana.
Concluyo:
Y si entre vecinos, amigas, familia, nos echamos la mano, quizá ese sueño que parecía tan lejano se empieza a ver cerquito.
Dicen que … los sueños no dan de comer. Pero a veces te salvan el alma.
Y con eso, poco a poco vas avanzando en este rudo camino llamado vida.
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