Carlos R. Aguilar Jiménez
Igual que corderos rumbo al matadero, sumisos, humillados y obedientes, creyéndose la falsa propaganda ecologista del gobierno, miles de automovilistas forman largas filas esperando que el nazi verificador de raza del vehículo conecte a la cámara de gases el escape y establezca bajo criterios que únicamente ellos conocen y establecieron, autorice o no su ejecución o libertad de tránsito, argumentando que si no se verifica el auto, el oxígeno del aire se acabará y los oaxaqueños moriremos asfixiados, cuando la realidad es extorsionar como lo hace el crimen organizado.
Oaxaca ubicada a mil 550 metros sobre el nivel del mar en la región más estrecha del país, el Istmo, a menos de 200 kilómetros de ambos océanos, es permanentemente aireada, ventilada por los vientos alisios del oriente y septentrionales de la Sierra Norte, por lo que, cada diez horas dada la velocidad del viento el aire del valle de Oaxaca, se renueva totalmente, principalmente por aire marítimo y de los bosque de las sierras, de tal forma que verificar si un auto emite o no humo, que siempre lo emiten por las leyes termodinámicas, aunque no se vea, una cantidad significativa de la gasolina del tanque que no se usa para impulsar el vehículo, se convierte en calor y humo.
Todos los vehículos de combustión interna emiten humo aunque no se vea, excepto los camiones cisterna, pipas, de volteo, autobuses de pasajeros y todos los que están asociados a agrupaciones sindicales, de presión y mafias, contra las que no actúa el gobierno extorsionador de los pobres, porque los dueños de coches de alta gama, no se inmutan igual que los políticos, soslayando la emisión de humos negros en cantidad industrial, sin molestarlos o infraccionarlos porque tienen poder y contubernio de cuotas con el gobierno.
Serán miles de millones de pesos los que recaude vía extorsión el gobierno del estado, que no se utilizarán para vialidades, pasos a desnivel o libramientos, como el Libramiento Norte, obra abandonada que, de utilizarse, aliviaría el exceso de tráfico en la carretera internacional y bajaría la emisión de humos de miles de carros moviéndose a vuelta de rueda, pero eso no importa al gobierno y jaurías de policías alistando sus colmillos para, como nazis contra judíos, o extorsionadoras con placa oficial, mandar a campos de concentración a los automóviles privados, porque también los taxis son excepción, que no lleven su estrella de David en el parabrisas.
Sumisos, obedientes y bajo la espada de Damocles, quienes son pobres, no tienen un gestor que pagar o mecánico que arregle el motor para que baje su rendimiento, al final no nos escaparemos de la furia y corrupción que implica argumentar que con verificación mejorará la calidad del aire, un aire que cada diez horas es renovado y filtrado por la misma naturaleza y meteorología.
————————————————
Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivamente responsabilidad del autor y no reflejan necesariamente la postura o el pensamiento de “Al Margen”. La empresa periodística se deslinda de cualquier comentario o punto de vista emitido en este texto, ya que estos corresponden al criterio personal del articulista.