Carlos R. Aguilar Jiménez.
Ante el pleno de embajadores acreditados en el Consejo de Seguridad de la ONU el canciller Marcelo Ebrard se quejó lastimero y populista, reclamando equidad en la distribución de vacunas, soslayando el hecho que las naciones que inventaron la vacuna, como debe ser en todos los casos, primero las fabricaran y utilizarán con su población, la que con sus impuestos apoya la investigación científica de sus respectivas naciones y donde sus gobiernos impulsan a las empresas farmacéuticas y de otros giros industriales para que fabriquen productos innovadores, útiles y necesarios que primero usen en sus países y luego exporten, incrementando el PIB de su país y calidad de vida de sus habitantes, no así en México donde se queja Marcelo y lo primero que hizo la 4t fue recortar el presupuesto al CONACyT argumentando era un barril sin fondo, aportando únicamente un miserable 0.2 por ciento del presupuesto nacional para la investigación científica y tecnológica.
Marcelo fiel a la política de gimoteo nacional alineándose con la ideología de su partido, exige a la ONU no haya acaparamiento de vacunas y se repartan equitativamente entre países pobres; como México, donde ninguno de sus habitantes ni gobernantes hizo absolutamente nada para que la vacuna se creará y ahora utilice, primero obviamente con los ciudadanos de países que la inventaron, exigiendo populistamente que nos vendan sus vacunas como si tuviéramos derecho o fueran patrimonio de la humanidad, siendo que en realidad son vacunas fabricadas por farmacéuticas privadas, por financieros que arriesgaron su capital para inventarla, teniendo derechos de autor, patentes y propiedad intelectual Las vacunas tiene dueño y esperan recuperar sus millonarias inversiones, pero obviamente vacunando primero a sus compatriotas, de la misma forma que si yo invierto en la fabricación de algún producto que luego quiera vender, que bien podría ser un alimento, medicamento o vacuna, pidiendo préstamos, hipotecas y hasta vendiendo mi camisa para lograr el éxito de mi empresa o negocio y, cuando ya esté todo listo, se acercan mis vecinos o conocidos a exigirme les done o venda en equidad lo que primero distribuiré entre mi familia, mis amigos y quien yo prefiera, en esta caso para salvarles la vida vacunándolos, no donde me exijan gimoteando (como Marcelo), quienes nunca me ayudaron o prestaron un peso para el desarrollo de mi producto o vacuna, argumentando por humanidad les debo vender en equidad. Primero mi población y después los demás, primero los míos y luego el resto del mundo “Y hago este llamado a los países para evitar el acaparamiento” dijo Marcelo. Acaparamiento sería que luego que los países inventores vacunaran a toda su población, después la vendieran con restricciones, pero no es el caso, no mientras esos países aún no vacunen a todos sus compatriotas. Amigos y nada más, el resto, la jungla… ‘que gimotea o exige sin tener derecho’, cantaba Alberto Cortez.