Carlos R. Aguilar Jiménez.
Se sabe bien que como consecuencia nefasta del chantaje y extrema corrupción de la Secta 22 del magisterio, la instrucción escolar de niños que asisten a escuelas públicas en Oaxaca es paupérrima desde hace décadas, si se compara con la que reciben alumnos de escuelas privadas, según se deduce de los resultados del examen Pisa, y que, con la suspensión de esta evaluación, no se podrá saber imparcial e internacionalmente que impacto negativo tuvo la pandemia en el proceso de enseñanza – aprendizaje de los estudiantes en general, que ante cualquier reflexión comprendemos que por televisión, teléfono celular o computadora lo que se puede aprender es mínimo, y, peor aun porque se hizo de forma improvisada y populista, con afán de quedar bien política, no pedagógicamente.
Organizaciones y expertos en educación consideran que con la suspensión de la prueba del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA), que realiza la OCDE, se perderá la posibilidad de evaluar el impacto de la pandemia en el aprendizaje de los niños, porque según el coordinador de la organización Misión Rescate México: “La educación ha sido un fracaso durante la pandemia y esos indicadores les asustan y, más si se dan a conocer en estos días”… preelectorales “Y ante esta circunstancia se pronunciaron porque la medición se mantenga y se dé a conocer el plan de evaluación tanto de alumnos como de maestros, luego de que el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) informara que México no participará este año en el examen que realiza la OCDE, ignorándose así la información que arroja la prueba y que es crucial para asegurar el futuro de los estudiantes, quienes con alta probabilidad este año casi no aprendieron lo que corresponde según programas del ciclo escolar, de tal forma que el gobierno, que siempre tiene sus propios datos, la información manipulada que le conviene, no se contraponga con la de PISA, que seguramente reprobara a los alumnos de escuelas públicas, que como siempre y con excepciones, son los menos favorecidos en el conocimiento que podría llevarlos a obtener una licenciatura y mejores condiciones de vida, requisitos para la formación profesional que a todos los gobiernos, pero en especial a los populistas no les importan ni interesan, porque mientras más ignorante y elemental sea la población, mientras menos escolaridad, escépticos, capacidad de análisis, crítica o refutación tengan, es mejor, porque así se pueden manipular y conducir a donde las ideologías políticas convengan, principalmente si se le da una dádiva, argumentando pretende acabar con la riqueza, con los ricos, cuando lo que debería hacerse es exterminar la pobreza procurando que con instrucción escolar y educación de calidad los niños pobres puedan ascender a niveles académicos y económicos superiores a los que nacieron, por lo que al suspenderse la prueba PISA el gobierno podrá decir lo que quiera, con sus propios datos manipulados, no los internacionales e independientes.