Ismael Ortiz Romero Cuevas
Tenía yo, quizá 15 o 16 años la primera vez que vi “La flor de mi secreto”, una cinta escrita y dirigida por Pedro Almodóvar que fue una de las representantes de la llamada etapa social del director en 1995. Aquella vez, que veía esa cinta salida de la mente genial y un tanto ensortijada del director manchego, quedé prendado de la fotografía que acompañaba a la película, además de que Marisa Paredes me cautivó de sobremanera después de haberla visto en un papel completamente opuesto en “Tacones lejanos” de 1991 y que también dirigió Almodóvar.
En los años de adolescente, pude alquilar esa película en el Video Centro que se encontraba no tan lejos de mi casa en el descontinuado formato VHS y que tomé de la sección de “Cine internacional” junto con una o dos películas hollywoodenses más que realmente pasaron desapercibidas, es más, no recuerdo si en aquella ocasión vi la otra u otras películas que renté junto con “La flor de mi secreto”, lo que sí tengo presente es que el trabajo de Almodóvar lo divisé dos veces en aquella ocasión, sin imaginar lo que el cineasta mostraba dentro de esa producción.
No es inusual que un cineasta forme una especie de universo donde sus personajes convivan y en cierto modo, se conecten. Y aquí es donde “La flor de mi secreto” comienza a construir su genialidad que no pudimos asociar hasta el paso de los años. Fue hasta 1999, cuando se estrenó “Todo sobre mi madre”, quizá la gran película de Almodóvar, que una escena se tornó familiar; y es que la dramatización para la concientización de donación de órganos se hace presente nuevamente en la primera escena de “Todo sobre mi madre”, tal y como sucede en “La flor de mi secreto”; descubrimos que la mejor amiga de Leo (Marisa Paredes) es quien coordina esas actuaciones y la actriz de esos ejercicios que también es enfermera lleva por nombre Manuela; en efecto, Almodóvar nos mostraba a otras de sus heroínas y de quienes conoceríamos su historia años mas tarde en “Todo sobre mi madre”.
Y así, el universo ‘almodovaresco’ va tomando forma en “La flor de mi secreto”. Leo es una escritora de novelas rosas que firma con el pseudónimo de Amanda Gris, y que tiene un contrato con una editorial que le obliga a entregar cinco libros al año para publicar, sin embargo, la última no es del agrado de los editores encargados porque argumentan que carece del estilo característico de Amanda Gris. “Es una novela rosa, pero me sale negra. Y conforme avanzan las páginas, más negra se vuelve” objeta Leo quien escribió la historia de un asesinato, donde el cuerpo es escondido en un frigorífico. En efecto, la ficción que más de una década después vimos en el cine protagonizada por Penélope Cruz y Carmen Maura con el nombre de “Volver”, en 2006.
Y poco a poco, el director manchego nos va dando pauta en la creación de una realidad donde todos sus personajes cohabitan; así, en ese mundo alrededor de Leo, están Manuela de “Todo sobre mi madre” y Raymunda de “Volver”, pero eso no es todo; “Hable con ella”, también se hace presente. En una escena, podemos ver un personaje similar a la torera Lidia (Rosario Flores), una de las protagonistas de “Hable con ella” y que dentro de “La flor de mi secreto” es solo un extra, pero ahí está. La más grande referencia llega al final de la cinta, con los créditos, cuando el tema “Tonada de luna llena” interpretado por Caetano Veloso suena y para ese momento, sabemos que no es una casualidad la escena en “Hable con ella” donde también Veloso nos enchina la piel con su versión de “Cucurrucucú paloma” y podemos ver a las heroínas de “Todo sobre mi madre” sentadas al lado de los protagonistas de “Hable con ella”; historias que sin duda, tuvieron su origen y sus guiños en “La flor de mi secreto”.
“La flor de mi secreto” es una película entretenida, que nos cuenta la historia de Leo, una escritora con problemas de concentración y atormentada por sus contrariedades conyugales. Es una cinta que nos muestra el lado más sensible y empático de Almodóvar en la dirección, nos entrega una fotografía estupenda de Madrid y algunos otros puntos que visita en las locaciones, además, de que vemos un trabajo de actuación de Marisa Paredes impecable y emotivo, sin menospreciar a la deliciosa cereza en el pastel que, sin duda, la pone la inolvidable Chus Lampreave, que pronuncia frases hoy icónicas del cine en español: “¡cállate, cara de ladilla!”; “me voy al pueblo, que en mi casa hasta el culo me descansa” o “esta filósofa se va al lavabo que está muy estreñida; ¡si no me pongo supositorios de glicerina, no cago!”, por citar algunas .
Siempre tuve presentes esas referencias y el gran publico seguidor del director también, sin embargo, por el paso de los años no las recordaba con detalle pues, aunque “La flor de mi secreto” es una de las cintas más aclamadas de Almodóvar, se hacía difícil poder disfrutarla actualmente, pues no está disponibles en nuestro país en los formatos caseros como el Blu Ray o DVD y tampoco se encontraba tan fácilmente en alguna plataforma. La buena noticia es que este mes, Amazon Prime Video la incluyó en su catálogo; Apple TV también la puso disponible en su colección llamada “Almodóvar” y YouTube Premium ya la tiene disponible también para venta y renta. Así, que no hay pretexto para disfrutar de una de las más reconocidas obras del gran Pedro Almodóvar y ser testigos, de como surge y converge su universo de personajes pintorescos y heroínas inspiradoras.
Mi Twitter: @iorcuevas.