Ismael Ortiz Romero Cuevas
Desde hace unos meses, hemos estado inundados en las redes sociales de los eventos conmemorativos a la celebración del que sería el septuagésimo quinto aniversario del gran David Bowie, mismo que acontecería este 2022 y que tanto su compañía disquera, su familia y sus fanáticos lo están celebrando a lo grande, con un sinfín de eventos que incluyen varias exposiciones, el lanzamiento de algunos álbumes de temas inéditos, remasterizados o en nuevas versiones, en todos los formatos; recopilatorios, muestras de fotografías y demás, mismas que se están realizando en varias ciudades importantes del mundo como Nueva York, Los Ángeles, Montreal, Londres, Berlín, Madrid, Buenos Aires y algunas otras, y que este lunes, llegará a la Ciudad de México y que estará hasta el 31 de este mes, en el “Club del Rock And Roll Record Store” que se encuentra en la alcaldía Cuauhtémoc de la capital del país.
Y en el mundo de la música, del cine, de la cultura e incluso de las letras, se vuelve trascendente celebrar a Bowie por los aportes que hizo no solo en el terreno del rock alternativo, sino que también como un gran exponente de la plástica y el diseño, pues sus vestuarios, portadas, elementos de maquillaje y presentaciones, recorrieron lugares recónditos como la inspiración en las estrellas, el espacio, la moda ‘underground’ y hasta el kabuki japonés, en donde toma forma el estilo del icónico Ziggy Stardust. También, porque fue justamente “su camaleónica majestad” a quien se le atribuye el lanzamiento del primer disco completo del género ‘hard rock’, que después derivó en el ‘heavy metal’, acontecimiento de 1970, cuando presentó uno de sus materiales más emblemáticos: “The Man Who Sold The World”, mismo que años más tarde, inspiraría también a Kurt Cobain en la creación del ‘grunge’.
Hay que recordar también sus incursiones en el cine, donde varias de sus películas se han convertido en cintas de culto, por ejemplo: “Feliz Navidad Mr. Lawrence”, cinta de 1983 donde Bowie encabeza al elenco y que fue dirigida por el desaparecido cineasta japonés Nagisa Ōshima, reconocida además como una de las primeras cintas que de manera abierta retrataban un enamoramiento homosexual, además de dejarnos una de las partituras más icónicas del séptimo arte. Recordamos también de 1983, la película de temática vampírica y de culto en varios sectores “El ansia”, en la que Bowie actúa al lado de Catherine Deneuve y Susan Sarandon, donde la estética elegante y de toques post modernistas no fueron del agrado de varios críticos que la calificaron como “pesada y aburrida”, sin embargo, ha sido el tiempo el que ha puesto a “El ansia” como una pieza muy apreciada del séptimo arte. “Laberinto” que estelarizó en 1986 al lado de la entonces jovencísima Jeniffer Connelly y que dirigió nada menos que Jim Henson, el creador de los Muppets y “Plaza Sésamo”. También personificó a Poncio Pilato en “La última tentación de Cristo”, polémica película que dirigió Martin Scorsese en 1988. En 2006, regresó al cine dirigido por Christopher Nolan para interpretar a Nikola Tesla en la cinta “El ilusionista” al lado de Christian Bale y Hugh Jackman, y que fue número uno en taquilla por varias semanas el año de su estreno. Pero me gustaría destacar “El hombre que cayó a la Tierra”, película de 1975 que dirigió el británico Nocolas Roeg y que es una película de ciencia ficción que hasta la fecha, sigue siendo reconocida por su estética, trama y crítica social; además porque la leyenda urbana dice que esta película se inspiró en su icónico disco de 1972 “The Rise And Fall Of Ziggy Stardust And The Spiders From Mars”.
El mundo de las letras también ha tenido la influencia de este artista por la profundidad en la letra de sus obras musicales. Incluso, el filósofo y profesor de esa materia en The New School For Social Research de Nueva York y la Universidad de Essex en Reino Unido, Simon Critchley, reconoce en su libro “Bowie”, que dedicó al desaparecido artista, que estudió filosofía gracias a las letras, influencia e ideología que presentaba Bowie en los años setenta, cuando éste se atrevía a hacer cosas que nadie hacía y a pensar como no se pensaba en esos años.
La grandeza de David Bowie ha traspasado las fronteras del idioma y ha trascendido a él mismo, pues se le sigue rindiendo culto seis años después de su desaparición; porque como dice el mismo Critchley en su obra: “Bowie supo hacer arte, hasta de su propia muerte”, pues pareciera un plan perfecto que el 08 de enero de 2016, el día de su cumpleaños número 69, presentaba también su último trabajo de nombre “Blackstar”. El día 09 de enero de ese año, Bowie pudo ver el gran éxito y revuelo que causó su nuevo material y el día 10, de ese mismo año, se nos anunciaba su fallecimiento, acontecimiento que sus fanáticos vemos como el día que regresó a las estrellas. Y hasta allá, ¡felices 75 Bowie!
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