Del eclecticismo al de chile, de dulce y de manteca

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Ismael Ortiz Romero Cuevas 

La genialidad de Adele es innegable; y eso se comprobó el pasado 09 de febrero cuando la británica se alzó con los tres máximos galardones en los Brits Awards de 2022, donde se llevó nada menos que: Mejor sencillo británico para el tema “Easy On Me”; Mejor álbum británico para “30” y el de Artista Británico del Año. Sin duda, nos demuestra su supremacía, gran calidad artística, pero además, que es alguien a quien el público admira y acepta, prácticamente con el estilo musical que decida explorar. 

Pero, desde la presentación de su más reciente álbum llamado “30”, no fue hasta hace unas semanas que lo pude escuchar con detenimiento, y aunque el estilo de Adele está dentro del disco, este material lo sentí lejano a su esencia y sonido que nos conquistó, pero que no es malo, al contrario, en mi opinión es de lo mejor que ha entregado Adele. Entonces, recordé que a inicios de noviembre de 2021, la vocalista británica había concedido una de las primeras entrevistas para promocionar su nuevo álbum y ella misma lo definió como “ecléctico”, es decir, algo que recorre muchos estilos y formas, sin que se pueda definir una en particular como único estilo artístico. Entonces entendí el alma de “30”. 

Para ser más específico, a un nivel artístico y más comercial, podemos citar como ejemplos de eclecticismo lo que hace Pedro Almodóvar en sus películas, que transporta al espectador de manera muy fácil del drama a la comedia, o cuando utiliza decorados de un solo color en una escena, para pasar a la siguiente con un brillante colorido. O en la música, se me viene a la cabeza el disco “AM” de la banda Artic Monkies que se lanzó en 2013, donde la grabación recorre géneros como el punk; postpunk; baladas con estilo ‘indie’ y hasta el glam. Bueno, más o menos es lo que pasa con “30” de Adele, que además de adentrarnos en un sonido pop que ya domina, nos entrega sendas baladas y algunos temas rítmicos con toques de R&B, algunos coros de góspel, el ‘neosoul’, sonidos de la década de los setenta y letras de superación. Y para muestra de aquello que sostengo, simplemente nos basta con escuchar el primer ‘single’ del álbum, “Easy On Me”, que es un ‘track’ que suena en nada a lo que la gran Adele había presentado antes; por cierto, un enorme tema que ya posee números imperiosos en todo el mundo. 

El segundo sencillo para promocionar el disco, el tema “Oh My God”, es otra muestra de los géneros que recorre. Y es que es una canción que incorpora de manera estupenda los elementos del R&B, dejando en claro que la intérprete de “Rolling In The Deep”, podría hacer un álbum completo de ese género y que seguramente, sería un éxito rotundo, pues dominó de manera sorprendente el estilo. Además de que, no podemos negar que este tema queda perfecto para que lo bailen los jovencitos en un TikTok, algo que seguramente Adele y su disquera, Columbia Records, lo tienen más que previsto. 

Pero también debemos ser claros en algo, el cariño y el apoyo del público, Adele los tiene casi de manera incondicional, sin embargo, esta vez la crítica no ha sido unánime en los halagos como en sus anteriores trabajos. Y es que “30” es un álbum que se aleja en cierto sentido de las raíces de Adele, que no suena a lo que nos había acostumbrado y eso no le gustó a todos, incluso, han argumentado que este material suena a una especie de experimento donde ella busca nuevamente, un estilo que la posicione más en un género de adulto contemporáneo que en las baladas juveniles, explorando diversos sonidos haciendo que el disco, no tenga un género definido. 

Sin embargo, Adele nos entrega más que un disco “ecléctico”, sino un material que pone de manifiesto muchas emociones y vivencias personales que exploran sus sentimientos por su reciente divorcio, hasta letras que nos motivan a seguir creciendo como personas. Y es que, de manera honesta también hay que mencionar que ella cuenta con millones de fanáticos a quienes les gustará prácticamente lo que ella presente, pero también que se ha embolsado a público nuevo con cada disco que pone en el mercado. La prodigiosa voz de Adele, es un instrumento poderoso, que cautiva hasta a quien entiende poco o nada de inglés y son transportados al idilio de la música, gracias a su enorme talento. Y aunque los críticos han dicho que este disco de Adele es una combinación de chile, dulce y de manteca, yo sigo disfrutando de “30”, como un trabajo con gran calidad y que demuestra que ella ya es una artista consagrada.

Mi Twitter: 

@iorcuevas 

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