Carlos R. Aguilar Jiménez
Frente al terrible caos vial que se vive a diario en la ciudad debido a los miles de vehículos, motocicletas y el infame servicio público de transporte de pasajeros que utiliza camiones viejos, sucios y destartalados, la opción de un mejor servicio con el Citybus parecía ser un servicio eficiente, puntual, limpio, sin carreras o esperas según el pasaje o competencia con otros camiones, porque sus choferes no tienen que entregar cuotas por día ya que reciben un sueldo base, suponiéndose que muchas personas dejarían sus vehículos para viajar en el Citybus, pero no ha sido así, porque si bien es mejor, lo cierto es que son pocos autobuses y en su ruta dilatan hasta una hora.
El Citybus es una buena intención y sería un gran servicio público si tuviera más unidades y un itinerario mayor, como el metro en CDMX, quizá si llegaran a las paradas cada 10 minutos, y si no lo viera el gobierno como negocio, sino como servicio público, proporcionando el servicio de transporte en rutas donde los autobuses casi no circulan por no ser rentables, obligando a los pasajeros a esperar mucho tiempo y o pagar servicio de taxis de pueblo, caros sucios y amontonados.
Circular en la ciudad es una pesadilla, especialmente en horas de entrada y salida a clases cerca de las escuelas que podrían y deberían cambiar sus accesos a las calles laterales y permitir la circulación en las avenidas principales, como la Técnica 1 que debería mover su acceso del Boulevard E. Vasconcelos a la calle de Alianza y lo mismo la Técnica 6 a Curtidurías, la Secundaria Federal 2 de Fray Toribio a Octava de Orquídeas y así muchas otras escuelas que estorban el tráfico en las avenidas principales, teniendo a un lado posibilidad de acceso y salida.
Y lo mismo peor sucede con la inutilidad y abandono del Libramiento Norte que a punto de ponerse en servicio el siglo pasado, el gobernador que lo inicio no terminó y el siguiente, por presiones de pudientes de San Felipe del Agua, intereses económicos y pretextos absurdos de ecologistas y exigencias irracionales de ambientalistas, quedó inconcluso, obligando a cientos de millones de automóviles, que podrían haber circulado por ese libramiento en más de 30 años de abandono, a desplazarse por la carretera internacional, a vuelta de rueda y emitiendo miles de kilómetros cúbicos de gases tóxicos de escape y además, perdiendo horas a bordo de un automóvil o autobús.
Si como dice el gobierno desde hace siete años, no son como los de antes, una buena acción sería rehabilitar, ampliar y poner en servicio el Libramiento Norte, incrementar el servicio del Citybus, en rutas como Huayapan al Centro, donde cientos de alumnos del Cecyte 1 y decenas de pasajeros deben esperar hasta una hora o caminar tres km al monumento a Juárez para abordar un autobús que desde “NacoPlaza” hasta Avenida Juárez, circulan a vuelta de rueda, contaminando y arruinando la vida de quienes menos tienen, por lo que no es cierto que: primero los pobres… pasajeros. La realidad es: “Primero los pudientes, los falsos ecologistas y las mafias del transporte.”
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