Renato Galicia Miguel
Qué eficientes son los policías de la Fiscalía General del Estado de Oaxaca (FGEO) para escribir boletines autoadulatorios que enaltecen sus investigaciones que anuncian desgracias, tragedias, desapariciones, asesinatos.
Para decir que “como resultado de los trabajos de inteligencia criminal fue posible la localización sin vida de la activista Sandra Estefana Domínguez Martínez y de su esposo Alexander Hernández Hernández, reportados como desaparecidos el 8 de octubre de 2024”.
Su redacción suena a cinismo criminal; debería ser tipificada como delito.
Qué impotencia se siente enterarse de lo que ya se presentía por habitar en el país que vivimos y qué indignación prever que todo parece un guion prestablecido que cerrará el caso.
Ahora vendrá la información a modo para reafirmar que la desaparición y asesinato de la pareja están relacionadas con la vinculación de Alexander Hernández al crimen organizado: su hipótesis oficial.
Qué brillantes y científicos son los policías de la FGEO: todo les resulta exacto para reafirmar asesinatos.
Mas los familiares de la activista saben que esto apenas empieza, que la impunidad es el peor crimen de los gobiernos municipales, estatales y federales mexicanos, y que hay que enfrentarla, combatirla.
Que habrá que ir a contracorriente, como Proud Mary de los Creedence: ‘rolling on the river’.