Renato Galicia Miguel
Ha sido un FILOso negocio de Claudina López Morales y su hijo Guillermo Quijas Corso, la Feria Internacional del Libro de Oaxaca (FILO).
Si bien la Proveedora Escolar, la monopólica y poderosa empresa de ambos que abarca la editorial Almadía y la FILO, nació como un proyecto social a partir del ímpetu de unos cinco o seis personajes, entre ellos el profesor Ventura López y quien fuera líder del Partido Comunista en Oaxaca, Javier Santiago, se torno en negocio familiar cuando quedó en manos sólo del primero y en capitalismo salvaje cuando lo heredaron Claudina y Quijas.
El emporio local empezó a perder los jugosos apoyos económicos públicos locales y federales a partir de la llegada del morenismo al gobierno del estado, y por todo el antecedente de las denuncias contra la FILO de agrupaciones como el Tianguis Literario Autónomo y Popular (TLALP), periodistas y uno que otro artista y escritor que no son acomodaticios, convenencieros o interesados por su estatus y ciertas prebendas pírricas.
Con la suspensión de la FILO 2025 y el nacimiento de la Feria Intercultural de Escritura y Lectura de Oaxaca, organizada por el gobierno del estado del 31 de agosto al siete de septiembre, se podría pensar que inicia el principio del fin de un jugoso negocio familiar que ha ido en detrimento de los escritores oaxaqueños, aunque los bisoños crean que ha coadyuvado a las letras locales
Ojalá sea el fin de la monopólica empresa privada y el principio de una feria pública que por los menos sea un poco más incluyente con las plumas oaxaqueñas.
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