Carlos R. Aguilar Jiménez
Como consecuencia directa de la indolencia y torpeza de policías solapados por sus jefes que rara vez actúan contra delincuentes, por lo que las denuncias por delitos ante ministerios públicos no se realizan dado que sirven de nada, y quienes se quejan resultan doblemente victimizados, los delincuentes comunes y crimen organizado, que crecieron exponencialmente ante la política de “abrazos, no balazos”, al gobierno se le hace fácil criminalizar a los ciudadanos y exigir, por ejemplo, que todos los motociclistas porten cascos con códigos QR, chalecos con números de placa, o requerir identificaciones para entrar a cualquier oficina, hospital o escuela, para dizque ofrecer seguridad.
Es un hecho indiscutible que los policías prefieren detener, infraccionar o secuestrar vehículos, que realizar investigaciones o pesquisas, en principio porque son poco inteligentes, además indolentes y corruptos y porque a ninguno le interesa la seguridad de la población, únicamente quieren dinero, como la pareja de motociclistas que patrullan la Vía de Copérnico en el Cerro del Fortín, quienes se dedican a asaltar a novios, paseantes y a cualquiera que dicen es sospechoso, incluso al velador del Observatorio Astronómico Municipal a quien, prepotentes y arbitrarios, exigieron identificación y dinero hasta que se enteraron que ahí trabaja y cambiaron actitud, mostrándose serviles y rastreros.
Para el gobierno, directivos de escuelas, hospitales, oficinas públicas y privadas, todos somos delincuentes o criminales porque a ningún lugar se puede entrar sin antes identificarse o ser cateado, exigiendo cada vez más requisitos, hasta que lleguen a ser como los aeropuertos controlados por nazis, como el de Oaxaca donde la entrada parece campo de concentración, violando derechos humanos o civiles de libre tránsito o acceso en nombre de la seguridad, para justificar la torpeza y crueldad de policías y guardias de seguridad contra quienes menos tienen, gente pobre que no tiene forma de defenderse de los abusos de poder derivados de la ignorancia y resentimiento y de las prohibiciones y exigencias arbitrarias para entrar a donde antes, como en Ciudad Universitaria, se entraba libremente y ahora se exige credencial para todos, en nombre de la dizque seguridad.
Medidas autoritarias no ayudan a detener delitos, porque los criminales son más listos que policías y guardias y están alertas cuando van a delinquir planeando y vigilando. Ser delincuente ahora es fácil, basta con planear bien el delito, ya que una vez cometido gozaran de impunidad porque lo único que hace el gobierno es abrir una carpeta de investigación para archivar, justificando su corrupción e ineptitud con medidas autoritarias y exigencias a ciudadanos honestos, pagando justos por pecadores, porque con torniquetes, filtros y cateos nunca detendrán la realización de asaltos, secuestros y robos pagando ciudadanos justos por operaciones de delincuentes. Pronto pedirán identificación de huellas, retina y ADN porque para administradores y políticos, que, como el león supone todos son de condición, todo ciudadano es un hampón.
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