Carlos R. Aguilar Jiménez.
Más allá del mínimo interés de los gobernantes y preocupación legítima de partidos políticos por defender el voto y en democracia cada ciudadano elija libremente autoridades, incluyendo fundar un INE independiente del gobierno, lo cierto es que ha sido gracias a la ciencia y tecnología, las telecomunicaciones, el internet y redes sociales, que se hizo casi imposible el fraude electoral, porque antes, al no haber comunicación instantánea, fotos, videos, facebook, twitter, instagram y demás medios de comunicación personal, se podían esconder, cambiar, alterar o manipular las boletas, urnas electorales y sus resultados, beneficiando así a quien convenía, principalmente a quienes ostentaban el poder político, como hizo el PRI durante décadas manejando las elecciones a su gusto, incluso hackeando software o haciendo se “cayera” el sistema, hasta estas elecciones donde la participación de científicos, matemáticos, informáticos, estadísticos y ciudadanos con sus teléfonos móviles evitaron el fraude o cualquier manipulación electoral desde las casillas electorales y oficinas del INE donde se concentraban digitalmente todos los datos y sufragios.
Hartos de tanta corrupción, impunidad, abusos y arbitrariedades de décadas de control del PRI, finalmente en estas elecciones la mayoría de ciudadanos votaron por AMLO presagiando así el principio del fin del PRI, porque de ser el partido mayoritario, el que ganaba siempre las elecciones, no obstante al principio haya sido respetable y calificado, lo cierto es que poco a poco se desprestigió hasta que finalmente se pudrió yéndose al tercer lugar en las preferencias electorales, alcanzando pocos votos en la mayoría de casillas, incluido Oaxaca donde perdió casi todo, hasta la presidencia municipal de la capital, porque al darse cuenta la gente que no se puede vivir más en corrupción, inseguridad, impunidad y violencia, la opción no era el PAN y PRD con su alianza facciosa de conservadores de derecha y comunistoides dizque de izquierda, como sucedió en Oaxaca con la alianza de Gabi Babá y sus 40 ladrones, como dice Juan Diego, sino alguien que, ya sea mentía en campaña para ser popular, o dijo la verdad, pero alguien que nos dejara contentos y no tuviera en sí la marca, el logo maligno de los partidos políticos, especialmente del PRI que en estas elecciones inició el principio del fin, si para mal todavía no de su desaparición, si de convertirse pronto en un partido intrascendente y minoritario, obviamente si AMLO cumple lo prometido y demuestra a la gente que sí se puede, que el PRI como mafia del poder tuvo hundido a México, interesado más por correligionarios, familiares y amigos que enriqueció obscenamente, que por los ciudadanos, quienes a partir de estas elecciones nunca más votaran por el PRI, alejándose a partir de estas elecciones de ese partido como se aleja cualquiera de una plaga perniciosa y maligna.
Las circunstancias están dadas para que el PRI desaparezca finalmente de la faz de la Tierra y se le recuerde únicamente como una pesadilla, como en los libros de historia se señala la existencia pretérita de Franco, Mussolini, Mao o Fidel Castro.