Carlos R. Aguilar Jiménez.
A partir de que el Congreso Federal aprobó la nueva Ley de Desarrollo Forestal Sustentable, la herbolaria oaxaqueña está en riesgo de ser patentada por nacionales o extranjeros, alertaron pueblos indigenas forestales. Baltasar Santos, presidente de la Unión de Silvicultores, conformada por más de 400 aldeas dijo : “Aunque nos digan que no, hay algunos artículos que nos afectan, pues antes del derecho de tener una planta curativa daba el derecho de tener la patente y, si tu como comunidad lo autorizadas podías emplearla, pero ahora no”.
Si bien las plantas medicinales se han utilizado desde tiempos inmemoriales para tratar de sanar a enfermos, lo cierto es que no fue sino hasta la creación de la medicina científica, antibióticos, vacunas, anestesias, hormonas sintéticas y toda clase de medicamentos con patente, que la medicina incrementó el promedio y calidad de vida salvando de muerte a millones de personas, ya sea en peligro por enfermedad o accidente. Antes, las hierbas medicinales fueron únicamente paliativo o placebo,, pero jamás nunca curaron ni podrían, a enfermos de diabetes, viruela, sarampión, rubéola, escarlatina, poliomielitis, gonorrea, sífilis y cientos de enfermedades que antes eran mortíferas, y que, gracias a los medicamentos de patente hoy son enfermedades del pasado, principalmente en países desarrollados, aunque existan aún pacientes con estas dolencias en países pobres, donde hay algunos que todavía crean que con hierbas, conjuros, pedimentos, rezos u homeopatía se curaran, y si mueren es porque así lo quiso Dios; y si se salvan por su propio sistema inmunológico, es, gracias a algun hechizo, limpia, chocho o hierba, pero lo cierto es que las plantas no se pueden patentar, porque son organismos naturales- biológicos que evolucionaron y no se los inventó, creó o diseñó alguien que pueda solicitar patente; las patentes, marcas registradas, franquicias, inventos o creaciones, lo que no ha sido creado por el hombre, se patenta o registra con derechos de autor, todo lo demás es natural, excepto que utilice un sistema, proceso o manufactura, y por eso no se pueden patentar chapulines, tomates conejos, abejas, el árbol del tule o agaves mezcaleros, sino únicamente los procesos que se utilizan para fabricar productos artesanales o industriales, no plantas por muy buenas, sabrosas, hermosas o medicinales que sean. La medicina es una disciplina seria que exige tres décadas de estudios profesionales y participación de investigadores trabajando en costosos y sofisticados laboratorios que consiguen patentes de sus inventos-medicamentos, para luego vender y salvar vidas ¿quién no se ha curado por vacunas o antibióticos? Si los investigadores se llevan plantas, es para identificar moléculas que puedan servir en medicina y, eso es lo que deberían hacer los aldeanos: montar laboratorios de investigación, no pretender que “sus plantas”, se patenten, porque no se puede, salvo que extraigan o sinteticen moléculas curativas que luego pasen pruebas de salud y de control científico, lo demás son anécdotas, creencias y supersticiones, como la homeopatía, hierbas aztecas, pulseras iónicas, pirámides o los charlatanes parapsicólogos unidos.