Ismael Ortiz Romero Cuevas
Ayer, como a medio día más o menos, nos enterábamos de la muerte de Stan Lee, creador de los personajes de Marvel y fundador de la compañía que ha generado hasta este momento, miles de millones de dólares en ganancias y más, cuando Disney se apropió de ellas.
Sin duda, la muerte de Stan Lee fue una noticia trágica. Nadie nos la esperábamos a pesar de la avanzada edad del dibujante y autor. Así, el Capitán América, el Hombre Araña, Thor, Hulk, Los cuatro fantásticos, Daradevil, X-Men, Iron Man y demás personajes propiedad del estudio y marca que él creó, se quedaban sin autor y sin los famosos cameos que acostumbraba a realizar en las exitosísimas películas protagonizadas por sus creaciones. Incluso aunque fueran malas. Stan Lee sin duda, marcó toda una época en la industria del cómic y fue una pieza fundamental para que la compañía diera el gran paso al cine, donde se ha convertido en una franquicia muy exitosa tanto en ganancias como en crítica, a pesar de que a muchos de los más vehementes especialistas de cine, las películas de Marvel les parecen una caricatura sin ningún mérito cinematográfico. Yo estoy de acuerdo en esa postura, pero lo que este humilde ser humano piense, no importa demasiado.
Stan Lee es una figura influyente y sumamente importante en toda la cultura popular a lo largo de más de 50 años de trayectoria. La característica de sus personajes es que siempre se les enaltecía la condición humana y representan valores universales, por eso, es una regla que deben tienen una debilidad. También es por ese motivo que las versiones humanas de sus súper héroes o villanos, siempre tienen nombre y apellido por cierto, con la misma letra inicial en la mayoría de los casos como: Peter Parker; Stephen Strange; Bruce Banner; Susan Storm; Otto Octavius; Reed Richards; Green Goblin; Pepper Potts; J. Jonah Jason o Fantastic Four por ejemplo, pero con Tony Stark rompe ese criterio.
Stan Lee sin duda, fue un personaje influyente y emblemático en varios aspectos de la industria del entretenimiento.
Adios “HAL9000”
Pero, también me veo en la necesidad de mencionar algo a riesgo de parecer aquél meme que dice: “Como no soy Maluma, te avergüenzas de mí por eso no me compartes”. Y como no se trató de Stan Lee, nadie hizo comentarios emotivos al respecto. La situación es que ayer también, unas horas antes del fallecimiento de Lee, me enteraba de la muerte de Douglas Rain. Entiendo que quizá, la mayoría de la gente no conocía como tal a este actor por su nombre o por algún trabajo memorable a pesar de que sí los tuvo. Douglas Rain fue quien prestó su voz al que quizá fue el primer personaje de inteligencia artificial en la historia del cine moderno: HAL9000 en “2001: Odisea en el espacio”. Un personaje tan sugerente como espeluznante, además de una parte medular en la narrativa de la obra de Kubrick.
Douglas Rain fue un actor canadiense que se desempeñó más en el celuloide y televisión de su país de origen, siendo su voz una pieza fundamental en su trabajo actoral, pues fue como personaje de narrador en algunas piezas, que se hace conocido y donde lo descubre Stanley Kubrick para ponerle voz al célebre personaje. Asimismo, Rain participó también en la película de 1973, “Sleeper” (El dormilón) de Woody Allen, una comedia donde también le pone voz a una computadora con planes malévolos; y como narrador en el documental de 1975, ganador del Oscar, “The Man Who Skied Down Everest” (El hombre que esquió en el Everest) que cuenta la hazaña del alpinista japonés Yuichiro Miura, que esquió en la montaña más alta del mundo.
Pero sin duda Rain, también será memorable siempre por estremecernos del miedo con su deslumbrante interpretación de IA: HAL9000 en “2001: Odisea en el espacio”. Y recordemos al icónico personaje con el que quizá, es uno de los diálogos más aterradores en la historia del cine, vamos, me atrevo a decir que tan solo estas líneas, inspiraron a James Cameron para crear su obra “Terminator” y rezaba así: