La idea de número y de contar cosas, gente o estrellas, se remonta al más antiguo origen de la humanidad, transcurriendo con la invención de la escritura de la prehistoria a la historia, dándose el siguiente paso con la numeración y aritmética, convirtiéndose el asunto de las letras, palabras, números y cuentas en un concepto o necesidad importante en el que todos procuramos tener más y más y saber ¿cuánto tenemos, cuántos somos o cuantos reunimos?, en muchos casos interesando más la cantidad, los números, que la calidad, la excelencia, como sucede cuando se trata de administradores, contadores y políticos, a quienes no interesan sentimientos, experiencias, vivencias, contextos o circunstancias, por ello en Oaxaca en la X Noche de las Estrellas, más allá de los 5 mil y fracción de personas sensibles que reunimos alrededor de telescopios, talleres, expresiones artísticas, culturales, radiofónicas y funciones de planetario, lo que nos conmocionó e impactó fueron las manifestaciones de asombro, estupefacción y sorpresa de niños, jóvenes y adultos, porque la divulgación de las ciencias del cosmos, especialmente durante las Noches de Estrellas, es hoy por hoy la mejor opción para involucrar a los jóvenes tanto en el placer estético como en el científico.
La divulgación científica no es obligatoria, no requiere de exámenes, no se evalúa, no tiene horarios fijos, programas específicos ni condiciones académicas. La divulgación científica se toma por gusto, por placer y cuando se quiere, siendo así durante la Noche de las Estrellas de Oaxaca, y en cada evento que organizamos, al hacer el recuento posterior, que no es sólo de números, ya que compartimos las experiencias y anécdotas vividas durante el evento y que nos animan a continuar, como la que vivió el Ing. Filiberto Cruz Zavaleta facilitando su telescopio en el Observatorio Astronómico: “La que más me gustó fue la de un par de niños que llegaron y escuchaban maravillados la explicación que les di sobre la Gran Nebulosa de Orión que estábamos observando; al terminar se fueron corriendo y luego regresaron jalando a su mamá, el mayor le decía: – ven a ver la nube de hidrógeno donde se forman estrellas… dile al señor que te explique cómo nacen en esta nebulosa ¡Mirala en el telescopio! y el pequeño la empujaba para que se acercara al ocular–. Esta fue la experiencia más maravillosa que tuve anoche y sentí que había sembrado una semilla en la mente de estos niños…¿puede haber una mejor recompensa?.
Estoy convencido de que divulgar astronomía en las Noches de las Estrellas y como se hace diario en el Observatorio Astronómico de Oaxaca es vital para motivar, inspirar, emocionar y demostrar la importancia de la astronomía, por lo que, más allá de números, cantidades y proporciones, lo que vale es la emoción que se genera e inspira en cada visitante y así sean únicamente 50 o 1001, lo valioso es hacer sentir a los asistentes que la ciencia no únicamente sirve para algo práctico, sino para mucho más, para mejorar la calidad de vida al inspirar no perder la capacidad de asombro ni sensibilidad por una noche oscura estrellada que podamos contemplar con telescopios o a simple vista.