Carlos R. Aguilar Jiménez.
En los demás estados del país no sé, pero supongo es lo mismo. Las organizaciones o individuos se tienen que manifestar, protestar públicamente, marchar por las calles, secuestrar oficinas o negocios y amenazar para que así, perjudicando a los niños si se trata de los profes de la Secta 22 o cualquier otra organización, consigan sus objetivos ya sea de intereses mezquinos o legítimos, y por fin los gobernantes les atiendan y resuelvan, dialogando o por mandato directo, sus problemas o necesidades.
En el caso de Oaxaca específicamente, sabemos bien que el ejemplo para conseguir objetivos lo han dado los profes de la Gestapo 22, quienes ayer, hoy y quien sabe cuantos días más se manifestaran para conseguir sus aviesos fines, porque legítimamente o no, así funciona el sistema de gobierno; porque si yo, por ejemplo, como ciudadano normal sin recurrir a las asociaciones a las que pertenezco o a determinados grupos con influencia, pretendo solucionar un problema o conseguir una audiencia con cierto personaje, me será casi imposible solucionarlo personalmente o hablar y plantear las circunstancias de lo que pretendo, no obstante, si movilizó a alguna sociedad de las que soy integrante para bloquear un crucero o vialidad importante, incluso cerrar una oficina de gobierno, es un hecho que de inmediato seremos atendidos y recibidos por el funcionario, porque así son las cosas y los gobernantes quienes durante pocos años con poder, se sienten divinidades, seres todopoderosos que olvidan un día dejaran el cargo y de nuevo serán ciudadanos normales, incluso anodinos pero cargados con todo el resentimiento social y personal por las acciones que tomaron cuando gobernaron y por ello la mayoría huye de Oaxaca.
Hoy de nuevo los profes de la SS22 marchan protestando para conseguir derogar la Contrarreforma educativa o lo que sea no les convenga y, por supuesto lo conseguirán, porque únicamente el chantaje, intimidación y movilizaciones convencen a los políticos, no la justicia, razón o justificación, sino únicamente la amenaza y movilizaciones o incluso la violencia, como actúan los vendedores ambulantes que agreden, humillan y ponen de rodillas al gobierno, porque así sea un simple policía, su placa representa al gobierno, su uniforme e investidura son símbolo del estado, de la legitimidad del gobierno y autoridad y, si a este policía se le puede patear, escupir y someter, lo mismo se puede hacer con funcionarios, la cuestión es reunir un grupo de individuos pendencieros, ya sean mercenarios o integrantes y bloquear calles, cerrar oficinas de gobierno o patear policías, porque en Oaxaca conseguir objetivos políticos o sociales solo se logra con la intimidación y chantaje, no con la razón, justificación, justicia y derecho, y ya puede usted o yo hacer mil tramites o millones de oficios perdiendo su tiempo porque no le harán caso nunca, excepto que decida en multitud bloquear calles y así hasta de rodillas le atenderá el gobernante en cuestión. Esa es la política que vale, la intimidación y chantaje, no la justicia y equidad.