Carlos R. Aguilar Jiménez.
Al estilo religioso como se acostumbraba desde la conquista espiritual de los mexicanos, luego que fue dado de baja el Dios más importante del mundo prehispánico, para imponer a la fuerza al Dios de Medio Oriente y europeo en el que ahora la mayoría de mexicanos cree es verdadero y reniegan de Tonatiuh, Tlaloc o Quetzalcóatl, y después cuando devotos acudían a la iglesia a escuchar el sermón de la mañana, ahora el presidente en su afán protagónico de aparecer constantemente en medios y opinar sobre todo asunto y concepto, incluidos los de alta especialidad, competencia de expertos, cada mañana enaltece sus planes y glorifica sus proyectos, descalificando lo demás, incluso modificando juicios de valor al afirmar que los militares humillados por delincuentes fueron valientes por dejarse poner de rodillas y desarmar, cuando en realidad fueron cobardes, porque espantados ni por su propia dignidad, no ya la del uniforme que representa a México, se defendieron.
Gente abusiva que no tiene nada que perder y carece de autoestima, escudándose tras faldas de mujeres e inocencia de niños, agredieron impunemente a soldados del otrora Ejercito Nacional, quienes portando el digno y respetable uniforme verde olivo donde se exhibe el Escudo Nacional y la Bandera de México, ultrajaron y humillaron a soldados de un pelotón en un pueblo de Michoacán, quienes después fueron recibidos por el presidente para reivindicar su timorato comportamiento ponderándolo como desempeño pacífico, y si bien los policías en México pueden ser humillados por gente con influencia o grupos políticos, los militares debieran ser ejemplo de dignidad, respetabilidad, pundonor y sobre todo valentía, porque se supone su misión es resguardar con valor, enfrentando la muerte, la soberanía de la nación mexicana ante cualquier invasor extranjero o delincuente nacional, igual que los soldados de EU o Europa, donde sería absolutamente inaceptable para altos mandos militares, incluido su Comandante Supremo, si fuera ruso, inglés o estadounidense, jamás permitirían sus subordinados se dejaran humillar y poner de rodillas, porque esa pusilanimidad entre soldados justifica aplicar juicio y corte marcial, no tanto por la acción timorata en sí, sino por lo que significa y representa para los mexicanos saber que los soldados del que se decía valeroso ejercito mexicano, por razones políticas, por miedo a los de “Derechos Inhumanos” o juicios políticos, son soldados fáciles de someter, evidenciándose así que si para mal se podía someter a policías, se tenía respeto y acatamiento a soldados del Ejército Mexicano, pero se perdió, ahora es suficiente reunir una caterva de resentidos sociales o delincuentes para humillar a quien sea, incluidos los soldados del Ejército Nacional, quienes cuando hice mi servicio militar eran merecedores de todo respeto y hasta miedo.