Al Margen
Adrián Ortiz Romero Cuevas
Miércoles 27 de febrero de 2008
+ El panismo, a conquistar gobierno de Oaxaca
+ Candidatura de Gabino, a punto de amarrarse
Lejos de cualquier otra interpretación, el objetivo real que tuvo la reunión ocurrida el pasado domingo en un conocido hotel del sur de la capital oaxaqueña entre la dirigencia nacional del PAN y los delegados del Gobierno Federal en Oaxaca, fue el de “tirar” las primeras líneas al llamado “panismo duro” con asiento en la entidad, de lo que será el inicio de su propia carrera por la sucesión en el gobierno de Oaxaca, que habrá ocurrir en 2010.
Esa reunión tenía varios objetivos. Porque si la finalidad aparente era el echar a andar un ambicioso programa partidista de reclutamiento —reciclamiento— de algunas autoridades municipales, líderes regionales y algunas otras figuras del ámbito social y empresarial de Oaxaca, en el fondo ese encuentro tenía el objetivo de reunir a las dos vertientes del panismo —los locales y los “duros”— con la dirigencia nacional y algunos mecenas de la oposición local, para hacerles ver que la carrera por el 2010 será una guerra sin cuartel, en la que los apoyos y las alianzas ya fueron tejidas desde los altos círculos del poder federal, y necesitan ser echadas a andar cuanto antes en Oaxaca.
La presencia en Oaxaca de Roberto Gil Zuarth, director jurídico del CEN del PAN, y Luis Esponda —de quien su única “credencial” panista es la amistad personal con el presidente Felipe Calderón— no fueron fortuitas. Y no lo fueron porque el objetivo de fondo que traían era, en primer término, “regañar” a la dirigencia estatal por entreguista al Gobierno de Ulises Ruiz; y en segundo término, para hacerle saber al llamado “panismo duro” —es decir, los delegados federales en Oaxaca— que la orden dada desde el alto círculo de poder panista, es que de ahora en adelante todos los apoyos y el activismo electoral, necesitarán ser centrados de nuevo en la figura del senador Gabino Cué Monteagudo.
Esto porque, de acuerdo con fuentes del alto círculo panista en el ámbito nacional, hace apenas unas semanas habría ocurrido un encuentro personal entre el presidente Calderón y el senador Cué, en el que pactó el apoyo político necesario para que el malogrado Candidato opositor a Gobernador de Oaxaca compitiera de nuevo por el cargo en el año 2010, pero ahora sustentado firmemente por el aparato electoral y partidista con que cuenta el Gobierno Federal.
Por esa razón, aseguran las fuentes consultadas, a esa reunión ocurrida el domingo en el hotel Fiesta Inn de la capital oaxaqueña, estuvo también invitado el ex banquero, Alfredo Harp Helú, quien fue uno de los principales financiadores de las aspiraciones políticas del hoy Senador convergente durante la aventura proselitista de 2004, y podría estar de nuevo interesado en abonar una causa electoral de esa naturaleza.
Incluso, se comenta que esa fue la razón por la que el diario Noticias —que es propiedad del chiapaneco Ericel Gómez Nucamendi, quien a su vez es suplente de Cué en el Senado y uno de los integrantes incondicionales de ese círculo donde se comparten lazos, intereses y ambiciones de todo tipo— fue el único medio informativo al que se le permitió hacer cobertura y dio, en la portada del pasado lunes, amplias reseñas del evento.
Si en el fondo, el interés político de ese grupo está de nuevo en la lucha por la gubernatura, sería entendible que junto con los apoyos recibidos por parte del PAN y el Gobierno Federal, el senador Cué pudiera estar echando a andar de nuevo la maquinaria mediática que en otros tiempos fue también parte fundamental de su promoción y vocería.
CDE, FUSTIGADO
Sin embargo, en todo esto no se debe pasar por alto el hecho de que mientras la causa política del senador Cué era “destapada” por los enviados del presidente Calderón y el CEN panista, la dirigencia estatal del PAN recibía el fuerte revés político que pensaron que ya no ocurriría ante los magros resultados entregados en los dos últimos procesos electorales.
El mensaje de los emisarios contenía, en el fondo, la indicación de que de ahora en adelante el llamado “panismo tradicional” quedaría rebasado por la necesidad —acaso pragmática— de espacios de decisión y poder que tiene en todo el país la dirigencia nacional calderonista de Acción Nacional.
Sobre el panismo “tradicional” oaxaqueño, que encarna la dirigencia de Jorge Alberto Valencia Arroyo, pesan al menos dos señalamientos: el primero de ellos, tiene que ver directamente con la tibieza en sus estrategias electorales y porque la mala elección de sus candidatos permitió al Partido Revolucionario Institucional obtener todos los espacios en disputa electoral en un escenario que se vislumbraba favorable al panismo.
Y el segundo de los señalamientos, es el referente a las ligas que podría haber entre el panismo que controla la dirigencia estatal con los grupos de poder antagónicos al del presidente Calderón. Y si algo ha quedado claro en todo el país en relación a las últimas elecciones —y concertacesiones— en las que ha participado el PAN calderonista en comicios estatales, es que son fundamentales las lealtades, pero lo son más el control político y los resultados favorables que arroje cada proceso electoral.
Por eso los emisarios (Esponda y Gil Zuarth, respectivamente) fueron gente cercana al presidente Calderón y a Germán Martínez Cázares. La idea de fondo era dejar en claro que ni la “línea” que tiraron a favor de Cué está a discusión, y menos que las decisiones relativas a los procesos electorales seguirán dejándose al arbitrio, la ineficiencia o el mal tino de la dirigencia estatal. El calderonismo parece venir en serio a buscar el poder político en Oaxaca. Y por eso es que las decisiones importantes relativas a Oaxaca, de ahora en adelante serán tomadas desde la Ciudad de México.
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