Esta mañana asesinaron al candidato del PRI al gobierno de Tamaulipas, Rodolfo Torre Cantú. El crimen organizado ya atacó frontalmente al PRI; hace unas semanas lo hizo con el PAN, asesinando e intimidando a otros candidatos a cargos de menor jerarquía. ¿Cómo entender esos ataques?
En mi visión, esta es una consecuencia de la división profunda que existe entre nosotros mismos, y en lo egoísta que es nuestra clase política -gobernante y de oposición. Casi cuatro años después de que se desató la violencia criminal, todos creen cumplir su papel histórico con la nación, únicamente a través del alegato, la arenga o la denuncia. El PAN se deshace en justificaciones, y toda la oposición toma la misma postura a través de los señalamientos. Pero nadie pone soluciones de fondo, porque nadie quiere dar beneficios a sus contrarios, ni cargar con los costos políticos de decisiones que podrían ir más allá de lo políticamente correcto.
El problema de todo esto, es que el narco sí es un enemigo en bloque. Ellos van contra el Estado y las instituciones, independientemente de que quienes lo integran sean del PRI, PAN o del partido que sea. Mientras la sociedad y la clase política marca recurrentemente las distinciones, el crimen organizado deja ver que independientemente de los colores partidistas, TODOS son sus enemigos cuando representan un problema para sus intereses.
Los hechos abominables de este día, son un ejemplo claro de cuán grandes son las afrentas de la criminalidad en contra no de un partido o de un gobernante, sino del Estado y la sociedad mexicana.
Adrián Ortiz Romero C.
Oaxaca de Juárez, Oax. 28 de junio de 2010.
En realidad es una pena la situación a la que ah llegado nuestro amado país…