Carlos R. Aguilar Jiménez.
“Saturan 180 mil automotores las calles de Oaxaca. Rebasada la infraestructura vial, no hay lugares públicos para estacionarse, se requieren 30 mdp para semáforos. Y más allá de los problemas de ingeniería vial que padece la ciudad de Oaxaca; 180 mil vehículos la circulan diariamente, 75 por ciento provenientes de los municipios conurbados, lo que hace que la infraestructura sea rebasada, reconocen funcionarios y admiten la necesidad de replantear, como una solución la apertura de libramientos viales”, informó TIEMPO el día de ayer.
Efectivamente, la cantidad creciente de vehículos en circulación en la ciudad de Oaxaca desde finales del siglo pasado fue rebasada y, con intención de solucionar el problema se inició la construcción del Libramiento Norte, que luego fue satanizado por los pudientes de San Felipe y sus sicarios ecologistas y fundamentalistas verdes, cancelando la obra y posibilidad de su utilización y posterior construcción de más libramientos viales por donde pudieran circular los miles de vehículos que ahora estrangulan a la ciudad, porque con el pretexto absurdo de evitar la contaminación, ahora es más y peor la emisión de humos contaminantes de los miles de vehículos circulando a vuelta de rueda o “embotellados” con motores prendidos sin que avancen, quemando combustible, calentando el ambiente y haciendo perder millones de horas a la gente, incluidos los que se tienen que transportar en espeluznantes autobuses urbanos de pasajeros, porque los ecologistas y sus sicarios se oponen a toda obra e infraestructura vial argumentando que el mundo se calentará más si se utiliza el Libramiento Norte, se acabará el oxígeno si se hacen nuevas vialidades y plagas apocalípticas llegarán a la ciudad si se construyen pasos a desnivel o cualquier obra, en un ciclo maligno donde al gobierno estatal le conviene no hacer ninguna obra para así no gastar dinero que después puedan sustraer ilegalmente, dejando contentos a los fanáticos ecologistas, circunstancia que también es aprovechada por los sicarios de Alejandro Villanueva, Secretario de la SEMOVI, para extorsionar, asaltar, atacar.agredir y allanar a miles de humildes motociclistas que tienen que circular arriesgando su vida en esos frágiles vehículos, porque el servicio público de transporte es una infamia permitida por el corrupto secretario de SEMOVI, quien autoriza incremento al pasaje pero no supervisa la calidad el servicio y permite que taxistas de pueblo transporten seis pasajeros solapando toda clase de infracciones de grupos violentos que lo ponen de rodillas y lo humillan, desquitandose con motociclistas y vehículos viejos de gente que no se puede defender de abusos. Cada día serán más los automotores y menos las vialidades, colapsando la ciudad porque a los políticos les viene bien el pretexto ecológico para no construir libramientos, y al déspota secretario de SEMOVI todo el dinero para su bolsillo de las motos y vehículos que detienen y multan arbitraria y abusivamente en toda la ciudad.