Carlos R. Aguilar Jiménez.
Está aplazado 35 años desarrollo de Huatulco…El compromiso fue de 25 mil cuartos de hotel, pero la oferta es de 20 %. Cuanta con cinco mil. 20 años han pasado desde que Vicente Fox se comprometió a hacer las super carreteras a la costa e Istmo; fue la nota principal ayer del periódico TIEMPO, destacando detalles de lo que no queremos darnos cuenta respecto del atraso en que vivimos y del estancamiento en desarrollo que nos caracteriza por ser una sociedad conservadora, reaccionaria, donde la negación a todo cambio y oposición a cualquier obra o infraestructura es la constante, utilizando principalmente argumentos de fanáticos ecologistas, y si no son suficientes, los mezquinos intereses y egoísmo de la mayoría, respecto del bien común.
Dos décadas han pasado desde que Fox se comprometió a concluir las supercarreteras, todo el sexenio de Calderón, de Peña Nieto y, ahora será el de AMLO, quien como todos los presidentes vendrá a prometer que en su Cuarta Transformación ahora sí se terminarán, por supuesto, con el beneficio de la duda, hasta no ver, no creer, porque si bien estas carreteras mejorarían la economía de la costa, istmo y la capital del estado, lo cierto es que aunque se hagan seguiremos estancados en desarrollo y progreso, porque mejoraría únicamente el comercio y turismo de ciertos sectores sociales, no la economía del estado ni la de la mayoría de oaxaqueños, y no porque no queramos, sino porque la colectividad no está dispuesta a cambiar o innovar y menos a comprometerse y responsabilizar para mejorar su calidad de vida, esperando que sea el gobierno, la divina providencial, el zodiaco, la suerte o el destino quien se haga cargo de ellos, como sucede con millones de adolescentes y jóvenes quienes en lugar de estudiar, aprender un oficio o iniciar un negocio, se dedican a vagabundear, holgazanear y perder miserablemente el tiempo, sabiendo que ahora tendrán becas, apoyos y dádivas oficiales que les dará el gobierno, o si no, ya verán como se las arreglan, cargando tanques de gas, llevando botellones de agua, manejando mototaxis y en general esperando que algún día la suerte los socorra y los saque de su pobreza, condición socioeconómica que no sucederá nunca, igual que a Oaxaca, que se la pasa esperando sea el gobierno federal el que haga todo, argumentado una deuda histórica, porque nosotros no somos capaces, somos pobres o lo que sea justifique nuestra ineptitud e incapacidad, siendo así uno de los estados paupérrimos de México, donde además no se aplica la ley y en total impunidad cada quien hace lo que quiere violando leyes, desde los vendedores ambulantes o semifijos que se apoderaron del Andador Turístico convirtiéndolo en grotesco y sucio mercado, dañando seriamente el atractivo urbano y arquitectónico de ese lugar emblemático, que ahora es propiedad de lideres venales que venden espacios públicos sin que ninguna autoridad haga algo por mejorar y adecentar los sitios que visitan los turistas y hemos perdido para siempre los oaxaqueños con ese desarrollo y progreso aplazado que tanto gusta a los que creen que tiempos pasados fueron mejores, cuando lo mejor está por venir, obviamente, no en Oaxaca.