Carlos R. Aguilar Jiménez.
He señalado muchas veces en TIEMPO, que urge el Libramiento Norte para desahogar el tráfico vial, retomándose ahora este imperiosa necesidad en el reporte de Juan Carlos Medrano ayer, en el que señala: “Hoy que la ciudad de Oaxaca enfrenta serios congestionamientos vehiculares muchos han volteado a ver el Libramiento Norte como alternativa para romper el caos vehicular, viniéndose abajo esta importante vía de circulación debido a la oposición de grupos ambientalistas que consideraban dañaba el entorno ecológico por donde se construiría”. Siendo el argumento más falso posible y un pretexto ridículo, porque lo que en realidad protegían y siguen haciendo, es el bucólico y campestre paisaje de los adinerados habitantes de San Felipe que no quieren que por su exclusivo rumbo circulen vehículos que rompan su tranquilidad.
La ciudad de Oaxaca desde que se canceló la utilización del Libramiento Norte ha crecido el triple y aumentado exponencialmente el número de vehículos en circulación, sin que a la fecha se haya construido un Libramiento Alterno, por el sur o por otro rumbo de la ciudad, viéndose obligados todos los que circulan de oriente a oponente o viceversa a hacerlo por la carretera panamericana, Camino Nacional o Avenida Ferrocarril, calles plagas de topes, semáforos, vehículos estacionados y toda clase de estorbos para una circulación fluida que desahogue miles de vehículos, que al no contar con opciones durante una hora o más que dilatan en cruzar la ciudad, emiten kilómetros cúbicos de gases tóxicos y se pierden miles de horas embotellados, tiempo que podrían ser útil si no estuvieran conduciendo, pero eso y más no importa al gobierno, a los fanáticos ecologistas ni a los pudientes de San Felipe, quienes harán todo lo posible para que nunca se rehabilite y utilice el Libramiento Norte y, como tienen poder, influencias y dinero, seguirá abandonado, porque su mezquinos intereses y privilegios son primero antes que cualquier beneficio público, así que ni el Libramiento Norte ni el Sur se construirán, principalmente por el egoísmo de ecologistas que prefieren el bienestar de pájaros y lagartijas que el de la gente, en una dinámica en la que pronto serán más importantes los perrijos, gatijos, los árboles o cualquier cosa verde y no las personas, especialmente los pobres, porque los fanáticos verde son adinerados, son gente que tiene tiempo y dinero para dedicarse a estorbar toda obra o infraestructura, como el Libramiento Norte, y por supuesto, ante la realidad actual y perspectiva de que en este gobierno parece no se hará ninguna obra que beneficie a la población, nos quedaremos atascados en la carretera internacional, periférico y por donde quiera que tratemos circular, porque los gobernantes una vez que termine el sexenio se irán de Oaxaca y nos dejarán atrapados en el trafico de todos los días, mientras ellos vivirán en Puebla, Querétaro o cualquiera de las ciudades que privilegian a la gente con vialidades y libramientos antes que a los árboles.