Ismael Ortiz Romero Cuevas
El pasado 13 de septiembre que por cierto fue viernes, me llegó la notificación de Netflix anunciándome que se estrenaba una nueva serie y que prometía, ser más aterradora que su anterior propuesta del género: “La maldición de Hill House”. Se trata de “Marianne”, una serie de manufactura francesa que según nos dijeron en ese anunció, era mucho más aterradora y mejor lograda que la de los hermanos distanciados por la casa embrujada.
Y me dispuse a verla queridos lectores con una especie de escepticismo, porque eso de ser seguidor, sin llegar a ser fanático, del género pues me hace tener un poco de práctica en esto de ver series y películas de horror. Y en efecto, “Marianne” cumple lo que promete: es aterradora, es vertiginosa, es misteriosa y tiene una fotografía grandiosa. Y sí, es mucho más aterradora que cuantiosas series, incluso más que algunas películas que se han presentado en estos últimos años. “Marianne”, literalmente no te suelta en ningún sentido, desde el primer capítulo, desde el primer minuto.
Es cierto, la serie dirigida por Samuel Bodin, cineasta francés de quien podemos decir que estamos ante su debut internacional en grande, tiene algunos clichés, aunque yo preferiría llamarles homenaje, a prácticamente todo lo hecho en el género, sobre todo, a obras de Stephen King que se han llevado al cine y momentos que nos recuerdan a la cinta “La profecía” de 1976 y dirigida por Richard Donner y algunos otros que son como “El exorcista” e incluso como “Stranger Things”. Sin embargo, eso no le quita mérito a una serie que se encuentra estructurada para que la pensemos dos veces antes de apagar la luz y dormirnos.
La serie nos cuenta la historia de Emma (Victoire Du Bois), una joven escritora que ha ganado celebridad gracias a sus novelas de horror, donde la protagonista es justamente Marianne, una espeluznante bruja que en algún momento de su infancia la atormentó en verdad. Cuando Emma, decide culminar la saga, la bruja decide poseer el cuerpo de la señora Daugeron (Mireille Herbstmeyer) y así, obligarla a que siga escribiendo sobre ella. Sí, muy al estilo “Misery”. Y es precisamente gracias a la actuación de Herbstmeyer que “Marianne” nos aterra desde el capítulo uno de la serie; su rostro serio, su imagen frágil y su mirada desconcentrada y perdida, hace que prácticamente sintamos que el corazón se nos va a salir por la boca, de verdad su actuación es magistral. Eso, sin demeritar que el género por sí solo, es uno que la gente ama por el motivo que sea y por eso, resulta tan redituable.
Quienes son fieles seguidores del horror en cine, plataformas o televisión, “Marianne” no solo representa un vuelco en la manera de presentar éstas historias, sino que nos envuelve con un guión apasionante y excelentemente bien logrado, además de que la dirección tanto de elenco como de fotografía, no deja de sorprendernos. Las imágenes envueltas en ese filtro de tonalidad azul, resulta en una atmósfera no solo fría, sino angustiante y hasta solitaria.
“Marianne” cuenta con ocho episodios solamente, sin embargo eso no ha sido impedimento para que el público suscriptor de la plataforma y un sinnúmero de críticos estén hablando muy bien de la serie, pues además de todo, muestra gran calidad en los momentos más pavorosos y de mayor tensión; sin dejar de lado las grandiosas actuaciones, la belleza y ‘timing’ de Victoire Du Bois, el vibrante guión y la estupenda y bella fotografía. La propuesta francesa de horror en las series para streaming, sin duda que ha sido una verdadera y grata sorpresa, posicionando ya a “Marianne” como una de las producciones más aclamadas y comentadas de Netflix, que sin lugar a dudas, vuelve a tener una gran anotación con esta historia que llegó sin el mayor ruido. Para los amantes del sobresalto, ahora sí existe una serie que nos pondrá con los pelos de punta; una serie que ahora sí, está cumpliendo con su labor. Si ese género no es lo tuyo, mejor sigue viendo “Friends”.