Carlos R. Aguilar Jiménez.
Cumpliéndose escrupulosamente las estaciones del año, de forma fiel y puntual a los ciclos astronómicos y meteorológicos, en pleno invierno en países nórdicos las temperaturas han estado bajo cero y en regiones menos septentrionales apenas unos grados por encima del punto de congelación del agua, presentándose paisajes nevados, glaciares y panoramas blancos gélidos propios de la época de frío o estación del año, tal y como ha sido hace miles de años y seguirá sucediendo, no obstante las intenciones de miedo que generan ecologistas fanáticos y fundamentalistas verdes que con su amenaza apocalíptica de calentamiento global y cambio climático consiguen asustar a la gente tal y como conviene a gobiernos para aparentar que hacen algo: cumbres climáticas, reuniones ecologistas, protocolos ambientales y, especialmente impuestos o prohibiciones de todo tipo con el pretexto del cambio climático.
Es un hecho que la Tierra se calienta progresivamente desde que terminó la última glaciación hace unos 10 mil años y se seguirá calentando hasta llegar a un punto en que se revertirá la situación y de nuevo la Tierra se enfriará rumbo a la próxima glaciación, tal como ha sucedido desde hace millones de años, y si bien de alguna forma el incremento de gases que generan efecto invernadero contribuye a que se incremente unas décimas de grado el proceso de calentamiento global, lo cierto es que estos cambios son del orden de siglos o milenios, no de años o décadas como pretender hacer creer a quienes no tienen cultura científica, los políticos y ecologistas, empecinados en prohibir, impedir y obstaculizar todo lo que no les guste con pretextos ecológicos, desde popotes hasta bolsas y pronto las servilletas y los libros, al estilo de Fahrenheit 450, porque están hechos de papel y hacer cada libro implica talar árboles y arrasar bosques, en esa dinámica social y política actual en la que todo lo que sea químico, sintético, artificial, industrial, capitalista, neoliberal o empresarial es malo para la gente y venenoso para el planeta.
Cumpliéndose fielmente las estaciones del año pocos son los que se atreven a decir en medio de este frío que el planeta se está calentando, porque se escucharían ridículos, no obstante, si nos esperamos unos meses, también cumpliéndose fielmente la próxima estación, primavera, a partir de abril y mayo el calor será normal o extremo y los ecologistas aprovecharán las circunstancias para afirmar que tienen razón y el planeta pronto se acabará calentado, mientras siguen transcurriendo los días y llega el verano y la estación de lluvias y calor, en ese ciclo interminable de estaciones derivadas de la inclinación del eje de rotación de la Tierra, que está al margen de prohibiciones, multas, Apocalipsis climáticos y demás simplezas de ecologistas y políticos que alarman a la gente que carece de cultura científica y se cree todo lo que dicen, desde creer en la Divina Providencia hasta el fin del mundo por utilizar bolsas de plástico y libros antiecológicos hechos de árboles.