Carlos R. Aguilar Jiménez.
La Pascua Florida conmemora la más grande festividad de la iglesia cristiana; recapitula la Resurrección de Cristo. La palabra viene del hebreo “Pasach”: Paso o Transito, ocasión que está ligada al calendario lunar judío que determina la Pascua coincida con la finalización judía del ayuno previo a primavera. Los primeros cristianos por su parte no se interesaban en la Pascua hebrea y afirmando que habiendo tenido lugar la Resurrección un domingo, la Crucifixión debía conmemorarse el Viernes Santo, sin que importara el día del mes, por lo que en el año 235 el Concilio de Nicea decretó los cristianos debían celebrar Pascua el domingo después del 14 Nisán, es decir, el decimocuarto día de la Luna según el calendario que cae 21 de marzo o equinoccio de primavera, por lo que el Domingo de Ramos, Viernes Santo, Sábado de Gloria y Domingo de Resurrección pueden suceder entre el 22 de marzo y el 25 de abril.
Viernes Santo o Viernes de Dolores, es así ocasión en que se conmemora la Crucifixión de Jesús cuya etapa final de su corta vida de 33 años está descrita en los Evangelios: La última Cena, las escenas del juicio, la Condena, flagelación, y la Corona de Espinas, el Viacrucis cargando la Cruz por la Vía Dolorosa, la Crucifixión entre dos ladrones, la agonía final y la supuesta muerte… pensando que aquello era el fin, la muerte real, pero como dice la leyenda, cuando en la primera mañana de Pascua hallaron su sepulcro vacío se convencieron de que Jesús no había muerto, sino que había resucitado y vivía gloriosamente. Después se les apareció como fantasma y habló con los apóstoles, no una vez sino en más apariciones fantasmagóricas, y pasada la cuarentena (cuarenta días) “Ascendió a los Cielos” desde donde, dice el mito cristiano, volverá algún día, en el tiempo fijado por Dios a juzgar a vivos y muertos y a reinar sobre un mundo y humanidad regenerados, un mundo en donde hoy vivimos una espantosa pandemia de enfermedad y muerte causada por un virus que para nosotros es maligno y obliga a mantenernos en cuarentena, esperando que el cambio de clima, aislamiento o la invención de un antiviral que mate al Covid-19 nos haga resucitar a la vida normal en la medida de lo posible porque después no viremos solo un Viernes de Dolores, sino un año y más de dolor y dificultades, porque ante la perdida de empleos, principalmente en estos días de vacaciones de Semana Santa, en el sector turístico por estar cerrados hoteles, restaurantes y prestadores de servicios, además de muchas otras empresas y negocios relacionados, la caída de la economía alrededor de un 5 por ciento, el desempleo por quiebra de negocios debido a la falta de apoyo del gobierno a empresarios, a quienes generan empleos, lamentablemente augura un viacrucis, la verdadera 4T, una transformación recesiva, devaluada y negativa, cualesquiera que sean las causas, vicisitudes o culpables que quisiéramos crucificar.